Hay que vivir despiertos (homilía)

Si estamos vivos, hay que permanecer despiertos. Ya que no sabemos, qué es lo que vaya a suceder.

Porque, al vivir en este mundo agobiado por la incertidumbre, solo sabemos el hoy, pero ignoramos el mañana.
Sin embargo, Dios nos ha dado las armas, para enfrentar lo inesperado.

Por eso, necesitamos evitar las distracciones, que nos llevan a vivir fuera de realidad. Y es así, como lo inesperado, nos toma por sorpresa.

Ya que, casi nunca estamos listos para lo que pueda suceder. Y todo, por estar ensimismados en nuestro mundo irreal.
No venimos al mundo, para estar dormidos. Porque nuestro sueño, es la oportunidad del enemigo, para envolvernos.

Por tanto, hay que estar alertas, porque no sabemos, cuando es la llegada del fin.
Lo mejor, es que Dios nos encuentre en el sitio donde nos colocó; para que no nos tenga que cuestionar, como lo hizo con Adán, después del pecado: “¿Dónde estás?”. ( Gn).

Ya lo dice el Evangelio: “…así también velen ustedes, pues no saben a qué hora va a regresar el dueño de la casa… no vaya a suceder que llegue de repente y los halle durmiendo”. ( Mc.13).

Mientras dormimos, vivimos fuera de  realidad, y nos adentramos en el mundo de lo fantasioso.
Aunque, también hay quien sueña despierto; y, se pasa la vida, como si todo fuera un sueño.
Hay que estar alertas, para que cuando llegue lo mejor, estemos listos para celebrarlo.
Hagamos caso, a esa voz que nos dice: “Velen y estén preparados, porque no saben cuándo llegará el momento”. (Mc.13).

No hay que temer la llegada de Dios, porque los tiempos del Señor, son el mejor momento. Y, lo que es verdadera felicidad, se vuelve eterno.
Pbro.  Lic. Salvador Glez. Vásquez