Ruth González Silva, nuevo liderazgo del PVEM

Los partidos políticos están en la designación de sus candidatos a los distintos cargos para la contienda histórica del próximo año, cada uno de ellos tiene sus singularidades y dejan ver sin filtros su vida interna, el ánimo, expectativas y conflictos, y así como hay partidos que van a refrendar el respaldo del electorado de acuerdo con las encuestas, hay otros muy disminuidos por sus pugnas, lejos de las simpatías ciudadanas y cada vez con menos militantes.

El panorama político cambió en los años recientes, a nivel estatal se desplomó el viejo sistema bipartidista del PRI y PAN ante la irrupción del PVEM como primera fuerza al ganar la gubernatura con Ricardo Gallardo Cardona, además de alcaldías, diputaciones y un escaño en el Senado; se desplazó a la alianza del PRI-PAN al segundo lugar, mientras que Morena, con candidatos ajenos y la persistencia de los vicios de la izquierda, se fue al tercer lugar; no es suficiente colgarse del imán obradorista y los programas sociales para barrer en las elecciones, hace falta trabajo vecinal y estructura electoral que no termina de verse.

Con los datos anteriores y los resultados del gobernador Gallardo en materia económica y social en dos años de gestión, el panorama electoral le pinta muy favorable al PVEM para que mantenga su hegemonía frente a partidos que se devoran entre sí mismos por el cúmulo de errores, excesos y la disputa fratricida por los despojos del 2021.

La carta más prominente del PVEM para encabezar la fórmula al Senado con Morena y PT, candidatura que se decidirá a través de una encuesta por la coalición suscrita con la portadora del bastón de mando, Claudia Sheinbaum, es la presidenta del DIF, Ruth González Silva, quien aparece bien posicionada y con una labor reconocida en el organismo asistencialista, es comunicóloga de profesión, madre de dos hijos, consorte del gobernador Gallardo y comprometida con los sectores vulnerables.

Mantiene un perfil visible, pero es discreta y sin protagonismos, es una joven de nueva generación y le dio un giro a la dinámica del DIF que permaneció muchos gobiernos circunscrito a lo decorativo y lucimiento personal; ha recorrido en varias ocasiones todo el estado y trabaja por comunidades marginadas que nunca habían recibido la atención del gobierno, tiene carisma y sensibilidad, cualidades que en la política cuentan mucho y lleva como compañero de fórmula a Ignacio Segura, titular de la Sedesore.

Por el lado de Morena se apuntaron para el Senado, Rita Ozalia Rodríguez, dirigente estatal con licencia y el exdelegado del Bienestar, Gabino Morales. La primera tiene poco tiempo de figurar, dedicada antes al comercio, se forjó con el senador Primo Dothé Mata que tiene alma navista; ella escaló rápido en el partido, es hermana de la secretaria de Seguridad federal, Rosa Icela Rodríguez, la potosina más encumbrada en el gabinete federal, lo que le ayuda y perjudica al mismo tiempo.

Gabino fue fundador y primer dirigente local de Morena; fue el “superdelegado” cinco años, siempre asesorado por expriistas soledenses, no sin conflictos, denuncias y rechazos, el presidente AMLO lo mantuvo pese a todo, pero no volvió a subirlo a los tapancos de sus eventos para evitarse rechiflas paternales.  Tanto Rita Ozalia como Gabino no parecen cumplir la línea coalicionista de Sheinbaum, se afanan en reventarla con actitudes que solo benefician a la derecha, se olvidan de que Morena es la tercera fuerza y que solos no podrán vencer al PRIAN que viene con todo por la revancha al ver que la 4T se disgrega por ambiciones personales e infiltrados.