A través de una inversión de 65 millones de pesos, Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) y cañeros del País prevén que hacía 2025 se empiece a producir y distribuir combustible para aviones a base de caña de azúcar y procesado de forma sostenible.
Para alcanzar el objetivo de las cero emisiones hacia 2050, se buscará trabajar en que los combustibles para la aviación provengan de fuentes de menor impacto al ecosistema como el bioetanol obtenido en los cañaverales, indicó Javier Villazón Salem, director general de ASA.
"Desde ASA vemos factible que puede escalarse la producción de SAF (combustible laborado a partir de desechos de la agroindustria), a partir del etanol mediante excedentes de la producción nacional de caña de azúcar, sin que esto comprometa la soberanía alimentaria.
"Actualmente ASA trabaja de la mano de Conadesuca, desde hace años, para detonar un proyecto piloto de SAF a partir de la caña de azúcar, con una inversión inicial, solamente para hacer una prueba de 65 millones de pesos", dijo en el evento Nuestra riqueza: La caña de azúcar mexicana.
Dicho recurso, incluye la construcción de una instalación de mezcla y almacenamiento del biocombustible, así como la certificación de un lote de prueba de etanol para su biorefinación.
Villazón recordó que en octubre de 2022 se determinó a nivel internacional buscar una tasa cero de emisiones netas de gases de efecto invernadero por medio de combustibles SAF, pues la aviación aporta una parte relevante en la emisión de gases contaminantes.
Se espera que hacia 2050, se requieran a nivel global 449 mil millones de litros de biocombustible para cumplir con la meta de reducir las emisiones contaminantes.
"En 27 años, tendremos que desarrollar la misma capacidad de producción de turbosina, que hoy día tenemos, pero tiene que ser biocombustible", adelantó el funcionario.
Solo en México se requerirán 3 mil millones de biocombustibles para llegar a 2050 y cumplir con las metas internacionales.
Cambio climático 'amarga' a la producción de azúcar
Además del incremento en el precio de fertilizantes, la falta de mano de obra y financiamiento insuficiente, el factor más grave que acecha a la producción de azúcar es el cambio climático, particularmente las sequías.
Asimismo, la falta de agua suma presión a los cañeros.
"Tenemos necesidades en cuanto a las concesiones en el tema de agua, no se le está dando seguimiento a las prorrogas en tiempo, actualizaciones ni concesiones, mucho menos nuevas, estamos parados.
"La Comisión Federal de Electricidad no realiza contratos de energía eléctrica si no tenemos concesión; tenemos un problema grande, hemos perdido cultivos por este problema", alertó Adriana Nieto, productora cañera del norte de Veracruz.
Luis Ramiro García Chávez, director general del Comité Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar, expuso que actualmente la inseguridad y el clima causan las mayores afectaciones a la producción.
"El entorno que afecta al secto agror ha cambiado parcialmente. Las crisis políticas, la violencia de las guerras siguen afectando la estabilidad de los mercados, y lamentablemente se agrega el cáncer de la inseguridad en las zonas cañeras.
"Además del incremento de los riesgos agroclimatológicos, sequías prolongadas en varias regiones cañeras, exceso de humedad en otras, deterioro de los suelos e insuficiente trabajo de investigación y desarrollo para mejorar la productividad y competitividad", expresó.
Actualmente, en el País se localizan 900 mil hectáreas para la siembra de la caña de azúcar, en unos 267 municipios del País, que envían sus cosecha s a 48 ingenios, que producen azúcar estándar, en tanto que la industria representa en su conjunto el 12 por ciento del PIB agropecuario nacional.
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