Su carrera abarcó más de seis décadas, convirtiéndose en un pionero y referente en el mundo de las telenovelas. Alonso protagonizó clásicos como La pasión de vivir y El precio de la fama, alcanzando el estrellato en la época de oro de la televisión mexicana.
Sin embargo, su influencia trascendió al convertirse en uno de los productores más destacados, llevando al éxito producciones emblemáticas como Cuna de Lobos, El Maleficio, El privilegio de amar y Rosa salvaje, que marcaron un hito en la historia de las telenovelas mexicanas.
Su habilidad para identificar historias cautivadoras y su enfoque en la calidad técnica y artística de sus producciones contribuyeron significativamente al éxito y reconocimiento internacional de las telenovelas mexicanas.
El legado de Ernesto Alonso se ve reflejado en sus múltiples premios, incluyendo reconocimientos como el Premio Nacional de las Artes en México y su inducción al Salón de la Fama de la televisión en Estados Unidos.
Su influencia perdura en la industria televisiva mexicana, siendo recordado como un visionario que elevó el género de las telenovelas a nivel mundial y dejando un impacto imborrable en la cultura y el entretenimiento de México.