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Necesitamos cuidar mejor: Joan C. Tronto

Reforma | 05/11/2023 | 10:19

A la vista de la académica Joan C. Tronto han saltado, durante su primera visita al País, los numerosos rostros de personajes que tapizan calles y avenidas prometiendo ser "la mejor opción".
 
 "He visto por la Ciudad todos los carteles de políticos sonrientes, mostrando lo 'maravillosos' que son", cuenta en entrevista la especialista en ética y políticas del cuidado, invitada a México por la UNAM.
 
 No le resta emoción a su paso por esta urbe encontrar esa anticipada campaña de quienes, en tanto políticos, quizás ahora dirán una cosa pero una vez electos y en el poder harán otra, faltando impunemente a su palabra y a los ciudadanos mismos.
 
 Lo cual le recuerda a Tronto (Minnesota, 1952), autora de Contra la indiferencia de los privilegiados: ¿Para qué sirve el cuidado?, algo que propusieran sus colegas Jennifer Nedelsky y Tom Malleson.
 
 "Ellos dicen: 'En política, si quieres postularte para un cargo público, deberías tener que mostrar tus credenciales de cuidado. No sólo decir que cuidas, sino mostrar tus credenciales'", refiere la profesora emérita de la Universidad de Minnesota y de la Municipal de Nueva York.
 
 "Si has lidiado con los aspectos recalcitrantes en torno al cuidado, con ello estás mejor preparado", explica. "Esa idea no ha tenido éxito, pero es muy poderosa para pensar en formas en las que podríamos empezar a cambiar cómo organizamos la sociedad".
 
 Y es que si bien para muchos una cuestión como la del cuidado quizás pertenecería más al ámbito privado que al de la gobernanza y los grandes asuntos públicos, para Tronto es claro que mantienen un vínculo estrecho, pues como definiera desde hace tiempo: "El cuidado es todo lo que hacemos para mantener, continuar y reparar el mundo, para que podamos vivir en él lo mejor posible".
 
 Sólo creando espacios y tomando el tiempo para investigar nuestras prácticas de cuidado, remarca la académica que ha explorado este tema las últimas tres décadas, habrá la posibilidad de cuestionar las inequidades que son evidentes, pero que nadie soluciona porque el cuidado no está en la agenda política.
El costo del mal cuidar
 La charla que Joan C. Tronto ofreciera la semana pasada en la UNAM, como parte del Seminario de Cuidados para la Vida y el Bien Común, del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3), llevó por título "Escapar del mal cuidado, escapar de la injusticia", asumiendo lo primero como origen de lo segundo.
 
 Y uno de los ejemplos que la académica da de ese mal cuidado es que se vele no por las personas, los ecosistemas o la salud mental, sino por la riqueza, de lo cual en ocasiones pueden surgir cosas buenas como el desarrollo de vacunas, pero en general sólo propicia un vano crecimiento para producir más riqueza.
 
 "Y es extraordinario que hayamos permitido que las personas que hacen eso realmente organicen y dirijan nuestras sociedades, extraordinario.
 
 "Ese es un problema de mal cuidado", prosigue. "Lo económico debería centrarse en cómo pueden las economías servir a las personas, no en ayudar a conservarlas".
 
 Aunado a esto, Tronto enlista como mal cuidado lo que las feministas denominaran el "fraude de la protección", que no es sino la dominación derivada de una idea como la de que las mujeres, al ser protegidas por los hombres de los supuestos peligros del mundo, deben servirles obedientemente.
 
 Y también la tendencia de varias instituciones de eliminar intermediarios y relegar la responsabilidad -uno de los temas claves del cuidado público- hacia la base de su organización sin brindar las condiciones necesarias, lo cual ha derivado en caos, deserciones y desconfianza.
 
 "Terminamos con personas que están pasando apuros económicos, que temen por sí mismas tanto en términos económicos como porque les han dicho que 'hay personas peligrosas allá afuera'; y, luego, no tienen instituciones a las que acudir en busca de apoyo.
 
 "Entonces, la gente termina en una situación precaria muy infeliz. Así es como se ve el mal cuidado", subraya la académica. "Y la manera de solucionarlo no es decir que necesitamos una nueva teoría de la justicia, sino lo que necesitamos es poder cuidar mejor".
Utopías y realidades
 Ante la ausencia de políticos en verdad comprometidos con una "democracia del cuidado", ¿puede hablarse de un fracaso de las universidades que los forman?
 
 "Sí, las universidades necesitan estar preparándolos para esto; las escuelas necesitan estar preparando a todos los chicos y chicas para cuidar", sostiene Joan C. Tronto.
 
 "Y la gente tiene que exigírselo a los políticos, no van a cambiar por sí solos; son perfectamente felices viviendo vidas muy privilegiadas. Lo único que los cambiará es que la gente empiece a exigir que les importe".
 
 Pero si hasta han conseguido que, en lugar de exigencias, la gente se dedique a defenderlos
 Sí, es cierto. Pero algunas veces las cosas cambian.
 
 Aquí la académica trae a cuenta el caso del Partido Verde alemán, que tiene al cuidado como una de sus plataformas centrales. O que incluso el tema esté presente en las Naciones Unidas.
 
 La visita a México de la académica, de hecho, se dio en el marco del recién creado y celebrado Día Internacional de Cuidados y Apoyo, el pasado 29 de octubre.
 
 "(Algunas organizaciones) han comenzado a sugerir que es necesario crear sistemas de cuidado con financiamiento propio en todos los países de América Latina. En realidad, esto está más avanzado aquí que en cualquier otro sitio en el mundo; ya existe en Uruguay", celebra Tronto.
 
 "Hay al menos un lugar en el mundo donde existe, así que es posible que esto ocurra".
 
 ¿No resulta utópico esperar que la mayoría de gobernantes tengan a los cuidados como guía?
 No, no es utópico. ¿Sabes qué sí es utópico?, los mercados. La gente que piensa que los mercados son libres, ellos son los utópicos; piensan que los mercados funcionan libremente, y no, no lo hacen, funcionan porque el Estado los apoya. El cuidado, en cambio, es esencial a la vida humana, a toda la vida, al planeta. Y si de alguna manera reconociéramos eso, cambiaríamos nuestros valores y entonces seríamos capaces de cuidar mejor.
 
 Finalmente, aquello que hace de todo esto una certeza casi tangible para Tronto es ver entre las generaciones más jóvenes apertura, comprensión y compromiso con el cuidado.
 
 "Me emociona mucho cada vez que tengo la oportunidad de hablar con gente más joven porque ellos entienden esto.
 
 "Lo que les decepciona es la forma en que se ha practicado la democracia", continúa. "Cada democracia ha sido una forma u otra de una élite gobernando a las masas; y algunas de las que se piensan como las más democráticas son las peores".
 
 Los jóvenes, asegura una optimista Tronto, "no están interesados en autoritarismo, no están interesados en fascismo; les interesa la democracia verdadera". Sí logran crear una con el cuidado al centro de todo, quizás el cambio que promulga la académica pueda llegar a ser realidad.