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Deslumbra The Weeknd en Guadalajara

Reforma | 26/10/2023 | 00:39

El estadio Akron se convirtió esta noche en el epicentro de un cataclismo artístico que solo Abel Tesfaye, mejor conocido como The Weeknd, podía orquestar.
 
 Con un misterioso escenario y un ambiente que desafió la realidad, el espectáculo presenciado por 60 mil fans fue mucho más que un simple concierto; fue un viaje a través de la mente y la música R&B-pop de Abel Tesfaye.
 
 El artista canadiense apareció a las 21:15 horas en el escenario, con un aspecto enigmático, llevando un chaleco y un pantalón de camuflaje y con un casco-máscara dorado de titanio, con un visor con iluminación.
 
 El escenario, un horizonte postapocalíptico con monumentos en ruinas, como la CN Tower de Toronto, transportó a los espectadores a un mundo donde la música y la imaginación se entrelazaban. 
 
Una luna fluorescente y un robot femenino de unos seis metros de altura, creado por el ilustrador japonés Hajime Sorayama, añadieron un de ciencia ficción a la experiencia.
 
 Los primeros sonidos del último concierto de la gira After Hours til Dawn Tour en Latinoamérica fueron los de "La Fama", tema que el artista lanzó en colaboración con Rosalía. Sin embargo, la sexta canción, "Can't Feel My Face", fue el primer éxito que despertó la euforia de los asistentes.
 
 Las luces tecnotrónicas se disparaban hacia el cielo, y ráfagas de fuego acariciaban con su calor a la audiencia, mientras The Weeknd interpretaba más temas como "Take My Breath", "Hurricane" o "The Hills".
 
 "México, Guadalajara. Quiero sentir algo, allá levanten la manos, por acá también. Todos levanten sus manos", dijo antes de saltar con las primeras notas de "Sacrifice".
 
 Abel no estaba solo en el escenario, el cual atravesó toda la zona general con una pasarela. Estuvo acompañado por un grupo de bailarines al estilo de la serie El Cuento de la Criada, vestidos con capas blancas, que añadían un toque sombrío y misterioso a la atmósfera. Marcharon en unidad, a menudo rindiendo homenaje a la deidad robot que se cernía sobre ellos.
 
 The Weeknd no solo deslumbró con su música, sino que también logró una conexión profunda con la audiencia, ya que está dejó sus asientos de principio a fin para bailar, cantar y alzar las pulseras luminosas que recibieron en la entrada.
 
 Antes de interpretar "Faith", la estrella de 33 años se quitó su casco-máscara, provocando los gritos ensordecedores de la multitud.
 
 The Weeknd, a pesar de su misteriosa máscara al inicio, demostró ser un intérprete carismático, involucrando a la audiencia con llamadas y respuestas.
 
 "Suenan hermosos esta noche. Vamos con la siguiente canción. Quiero que canten esta Guadalajara, quiero sentirlos", dijo para presentar "Earned It".
 
 Como también lo hizo a lo largo de la gira, The Weeknd fusionó sus dos álbumes más recientes, Dawn FM y After Hours, mezclando con maestría sus éxitos de toda su carrera.
 
 Cuando sonó "Out of Time", que llegó después de otras piezas como "Starboy", "After Hours" o "I Feel It Coming", el canadiense bajó del escenario para saludar a sus fans, tomarse selfies con ellos y cederle el micrófono a algunos para que cantaran con él.
 
 La última parte del show contó con los himnos "Blinding Lights" y "Tears in the Araní" iluminando tanto el escenario como los rostros de los asistentes.
 
 El viaje a través de su ecléctica discografía culminó luego de un setlist de 41 canciones, el cual cerró con "Moth To a Flame".