La nueva era de San Luis Potosí

Es innegable que el estado potosino pasa actualmente por una etapa de prosperidad y paz, una y otra vienen de la mano, y se manifiesta con claridad en los indicadores económicos y sociales con datos muy favorables, en este escenario de cambio ha sido fundamental la labor del gobernador Ricardo Gallardo Cardona, ha posicionado a San Luis Potosí a nivel nacional e internacional como un destino seguro para los negocios y el turismo.

El arribo a la entidad de capitales extranjeros de inversión directa, ya es una tendencia sostenida que se perfila para ser de larga duración, son atraídos principalmente por la expansión de la industria automotriz con efectos detonantes en los demás ramos de la economía local que estuvo adormecida muchos años y ahora, por decirlo en términos coloquiales, vivimos un “boom”, un auge en toda la entidad no visto antes, las fuentes de empleo se multiplican y se ha reducido la pobreza.

Después de varias décadas de parálisis gubernamental con una clase política tradicional caduca, costosa e improductiva, tiempos de conflictos, de un ambiente de discordia y pesimismo, del desvío del presupuesto público hacia las alforjas de una minoría privilegiada sobre las necesidades de la mayoría de la población, de más desigualdad y rezagos en todos los rubros, y el debilitamiento de las instituciones y las corporaciones policiacas, el gobierno de Gallardo puso fin a este ciclo de desaliento y atraso, se abrieron las puertas a nuevas generaciones y a una manera distinta de gobernar.

La bonanza de la economía potosina está acompañada de la numerosa obra pública de infraestructura que impulsa el gobierno gallardista en las cuatro regiones del estado, de otra forma no habría las condiciones que se requieren para recibir inversiones que exigen vías de comunicación modernas para el transporte rápido y eficiente de personas y bienes de consumo hacia la frontera norte y los puertos marítimos; también el volumen de exportaciones reporta cifras muy altas.

Los buenos resultados que ha obtenido el gobierno gallardista en materia económica, se complementan con el énfasis que pone en las políticas sociales, las necesidades de la mayoría de las familias potosinas son muchas y no fueron atendidas en mucho tiempo, esto ha cambiado y los recursos públicos se ejercen en su beneficio directo, en becas para estudiantes, mujeres, en obras y servicios, el erario antes que nada le pertenece a la gente.

En esta nueva etapa que se originó por el ascenso de Gallardo a la gubernatura y se desplazó a los viejos partidos políticos y grupos de interés que usufructuaron el poder, siguen latentes y con las garantías para ejercer sus derechos y su función de opositores, son necesarios en este sistema democrático, aunque se saben disminuidos y con una evidente distancia que la ciudadanía les ha marcado.

La administración gallardista decepcionó a los que vaticinaron el desastre, hay desarrollo y orden, y el titular del Ejecutivo tiene altos niveles de aprobación ciudadana como lo documentan las encuestas sobre el desempeño de las y los gobernadores de todo el país.

Las fortalezas del gobierno del PVEM causan disgusto en algunas voces de la oposición que intentan confundir y generar insidia, más cuando hay acciones para promover la economía y el esparcimiento social, como es el caso de la Arena Potosí, se cae en la mala al afirmar que será un espacio exclusivo para la fiesta charra, la realidad es que fue concebido para recibir espectáculos de todo tipo, tanto de carácter nacional como internacional, ya quedaron atrás las visiones aldeanas y resquemores de unos cuantos que obstaculizaron el cambio en San Luis Potosí.