Existen muchas razones por las que no debes gritarle a tu hijo, pues podrían tener igual número de consecuencias cuando crezca. Así lo concluye un estudio publicado en la revista Child Abuse & Neglect.
De acuerdo con los investigadores, gritarle a un niño y menospreciarlo podría tener graves consecuencias en su salud mental en el futuro, pues está demostrado que los traumas de la infancia pueden destruir las relaciones que se establecen en la edad adulta.
Después de evaluar más de cien estudios sobre este tema, los científicos encontraron que las personas que más tienden a gritarles o menospreciar a los niños son principalmente los padres —especialmente las madres— y los maestros.
Esta violencia verbal hacia los niños se ha relacionado con una serie de efectos de internalización y externalización a lo largo de sus vidas. Según los investigadores, se caracteriza principalmente por gritos, insultos, denigración del niño, amenazas y puede ser muy perjudicial para su desarrollo.
Uno de los estudios analizados indicaba que las personas que fueron víctimas de violencia verbal desde una edad temprana tenían el doble de probabilidades de consumir cannabis y casi el doble de probabilidades de terminar en la cárcel que aquellos que nunca lo habían experimentado.
En su columna para The Guardian, Shanta Dube, coautora del estudio, explica que en general, los adultos “no son conscientes del impacto negativo que pueden tener en los niños sus gritos y críticas, como ‘tonto’ o ‘inútil’, especialmente si eso es lo que experimentaron en su crianza (…) Ser un buen padre no es fácil, pero los papás deben ser conscientes de que la forma en que hablan con sus hijos puede tener un impacto de por vida, entender por qué actúan de esa manera y empezar a hablar con sus hijos de una manera más positiva”.
Efectos negativos y consecuencias de gritarle a los niños
Dentro de las razones por las que no debes gritarle a tu hijo se encuentran los múltiples efectos negativos y consecuencias perjudiciales tanto a corto como a largo plazo. Aquí algunos de los posibles efectos adversos:
Daño emocional: El gritar a los niños puede causarles miedo, ansiedad, estrés y una disminución de su autoestima. Pueden sentirse heridos emocionalmente y desarrollar una imagen negativa de sí mismos.
Problemas de comportamiento: Los niños que son objeto de gritos frecuentes pueden desarrollar problemas de conducta, como agresividad, rebeldía o aislamiento social. También pueden tener dificultades para regular las emociones y expresarlas de manera saludable.
Problemas de comunicación: Gritar no es una forma efectiva de comunicarse con los niños. Puede dificultar la comunicación abierta y la construcción de relaciones positivas. Los niños pueden aprender a temer la comunicación con los adultos.
Respuesta agresiva: Los niños pueden aprender a responder a gritos con agresión física o verbal, lo que puede dar lugar a conflictos familiares y dificultades en las relaciones con sus pares.
Impacto en el desarrollo cerebral: La exposición continua al estrés causado por el hecho de ser tratado a gritos puede afectar negativamente al desarrollo del cerebro en los niños, lo que puede tener consecuencias a largo plazo en su capacidad para aprender y adaptarse.
Menor autocontrol: Con frecuencia los niños pueden tener dificultades para desarrollar habilidades de autorregulación emocional, lo que puede afectar su capacidad para enfrentar situaciones difíciles de manera efectiva.
Dificultades académicas: Los efectos del estrés causado por los gritos pueden afectar el rendimiento académico de los niños, ya que pueden tener problemas para concentrarse y aprender.
Relaciones familiares tensas: Los gritos en casa pueden crear un ambiente familiar tenso y conflictivo, lo que puede afectar negativamente las relaciones entre los miembros de la familia.
Reproducción del patrón: Los niños que son criados en un entorno donde se grita pueden aprender este patrón de comportamiento y usarlo en sus relaciones futuras, perpetuando el ciclo de la agresión verbal.