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No matemos a dios

Oscar Esquivel | 06/10/2023 | 02:22

Ocasión para reflexionar sobre cómo nos comportamos en sociedad, es un aliciente para transformar nuestro sentir en comunidad. Hoy en día existe una recomposición de la sociedad, pereciese un fenómeno actual, en realidad a mi juicio, no lo es, se ha presentado durante todo tiempo y en todo lugar; en los grandes cambios el mundo ha desarrollado reformas sociales impuestas y autoimpuestas como raza humana que somos, así continuara por siglos, somos hijos del mismo ADN viviendo en este globo llamando tierra.

Cientos de culturas, pensamientos, ideologías, las líneas divisorias entre los estados, la posesión de la riqueza, y la penumbra de la pobreza, dividimos al ser humanos de acuerdo a sus características físicas con sus diferentes intelectos. Generaciones pasan y continuamos en impase, en ocasiones infringiendo mayor ferocidad al más vulnerable.

La evolución de la sociedad se ha dado con la cimentación sobre cosas vagas, sobre muros de prejuicios, complicando así la buena convivencia, tan complicado es, que parece un empeño en fortalecer el comportamiento social errático, nos han obligado a no ver lo sencillo, lo simple en algo complicado, como si fuera matemáticas, queremos hacernos unos expertos en fórmulas que agilicen el crecimiento económico y social, generando un caos humanitario.

Presumimos que lo sencillo no puede nunca llegar a ser preciso e importante, para algunos solo atrasa el desarrollo o el desenvolvimiento social, cada vez somos más vacíos y arrogantes.
“Aquel con mucho talento y una capacidad superior, hacen del hombre poco apto para la sociedad” Chamfort.

Nunca en la historia tanta gente ha hecho tan poco por los demás.

Nos sumergimos en escudriñando el intercambio de poderes, dinero, avaricia, desapego social, se nos va el tiempo de encontrar el camino y para colmo elegimos el peor, para terminar con la miseria y el abandono. En esta época estamos convirtiéndonos en hombres “modernos” tanto que, con las nuevas tecnologías, alteramos el equilibrio de la convivencia, la tolerancia, hemos dado pasos equivocados sin preocuparnos si podremos remediarlo, tal vez nos guste estar siempre al filo de la navaja.

“Hoy día no hay sociedad; solo hay muchedumbre” La muchedumbre no es más que puñados de seres sapiens, que imitando a otros creen que sus acciones son legados de sabiduría adquirida heredada, sin darse cuenta que son un fastidio a la sociedad, confunden las razones con su ignorancia, cada vez estamos demasiado lejos de alcanzar a razonar por el bien común.

Hace unos días el Papa Francisco advertía a los lideres mundiales del primer mundo de la necesidad de parar el desenfreno capitalista del consumismo, el capitalismo más puro enraizado en izquierdas, derechas en ultras, lo importante es fabricar para consumir. Hay lugares en la tierra donde simplemente ya no hay como calentar comida, Haití como ejemplo, a falta de petróleo nadie le ayudo, sus bosques y selvas desaparecen brutalmente, ni leña para preparar un café, viven en el caos del estado fallido, las pandillas gobiernan ante la mirada estúpida de la ONU.

60 mil migrantes llegaron a nuestro país en el año, registrados,  con la esperanza de encontrar el sueño americano, de África, América del Sur, Centro América, todos nacidos bajo el manto de la pobreza, nacieron pobres, se reproducen pobres, viven y mueren muy pobres, con la dignidad arrastrada, los sueños rotos, el coraje y la fuerza se van convirtiendo poco a poco en desesperanza y frustración, dejan sus países para servir al rico, ignorando que su nación es pobre, porque a donde  anhelan llegar, su sistema de capital del consumo les saqueo y robo sus tierras, hasta su cultura, tanto así, que ya no importa cambiar su identidad por una bandera de barra y estrellas.

Un demócrata como Joe Biden al fin yanki, ha ordenado retomar la construcción del muro fronterizo en Texas, el mismo que inicio Donal Trump, ahora esté, lo ha secundado, comenzará con 32 kilómetros en esta administración, seguramente lo continuará, si Trump se hace nuevamente de la presidencia no serán los pocos kilómetros, sino toda la frontera.

Llueve poco, la sequía global comienza hacer estragos en la población, los alimentos escasean, la agricultura ha entrado en crisis, las tierras de cultivos cada vez son mas pocas y si las hay, están en Ucrania, país envuelto en una guerra de la mayor estupidez. Don Putin el sátrapa mayor del siglo XIX, con su mente en el desquicio, se siente, al saber que en occidente no tocan melodías de TchIkovsky , en lugar de pensar lo que ha ocasionado.

La otra cara de la moneda son las lluvias monzónicas en lugares desérticos como Libia que dejaron 2mil muertos y miles de desaparecidos; en toda España el caos por las inundaciones paralizo al país, sin dar tregua a la onda de calor jamás registrada en la historia de la humanidad.

“Punto de no retorno” dice Francisco; el Papa insta a actuar rápidamente, no es el representante de Cristo en la tierra quien lo dice de manera solitaria, es a los millones a quien representa, son miles de millones de seres que exigimos un cambio radical en el comportamiento económico mundial, todo lo que consumimos contamina, la basura se acumula por el mundo, la basura materia y la espiritual convierten al planeta en candidato al aniquilamiento total de la vida, toda criatura viviente está llegando al límite, consecuencia de la voracidad y el saqueo de recursos naturales que que nos fueron prestados.

Hagamos la paz con la tierra, nuestros hijos lo agradecerán.

Nos saludamos pronto
OSCAR ESQUIVEL