Domingo 11 de Mayo de 2025 | Aguascalientes.
salud

Trastorno de estrés postraumático: ¿Qué es, cómo identificarlo y tratarlo?

GQ | 20/09/2023 | 14:49

Durante mucho tiempo, el entretenimiento —más específicamente el cine y la televisión— se encargaron hacernos creer que el trastorno de estrés postraumático (TEPT) era un padecimiento que solo afectaba a los veteranos de guerra. Sin embargo, esta enfermedad de salud mental puede afectar a personas de todas las edades —incluso niños pequeños—, con causas, consecuencias y síntomas tan diversas, que resulta importante conocer más al respecto.
 
“El trastorno de estrés postraumático es uno de los trastornos mentales más graves y más prevalentes que existen hoy en día”, menciona al respecto la doctora Carmen Amezcua, psiquiatra integrativa, conferencista, consultora y speaker. “El Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales (DSM-5, por sus siglas en inglés) estima que un 1.46% de la población a nivel mundial ha experimentado estrés postraumático”. 
 
¿Qué es y qué puede causar el Trastorno de Estrés Postraumático?
El trastorno de estrés postraumático es un trastorno de salud mental que puede desarrollarse después de una persona ha experimentado o presenciado un evento traumático.
 
El DSM-5, publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría, define el TEPT como un trastorno de ansiedad que afecta la capacidad de una persona para funcionar en su vida diaria debido a la persistencia de síntomas relacionados con el trauma, como la reexperimentación del trauma, la evitación de estímulos relacionados con el trauma y la hiperactivación fisiológica persistente.
 
“En países como Estados Unidos, por ejemplo, el trastorno de estrés postraumático tiene un mayor índice de incidencia con veteranos de guerra expuestos a experiencias de combate, o personas que han vivido tiroteos, padeciéndolo”, menciona Amezcua. “Sin embargo, en otros contextos sociales o geográficos, el TEPT puede ser ocasionado por otras razones. En países como México, la delincuencia organizada, el secuestro, la violencia familiar, el abuso sexual, la violencia hacia las mujeres y los feminicidios pueden desencadenarlo”.
 
“Asimismo, fenómenos naturales como sismos, tsunamis, tormentas e incendios también pueden provocarlo”, indica la experta. “Por ejemplo, mucho de quienes vivimos en la Ciudad de México hemos experimentado situaciones así, pues ¿quién de nosotros, luego de vivir un sismo, no tiene pesadillas, o se queda con esa sensación de que está temblando, o se pone mal con la alerta sísmica o las alarmas de las aplicaciones del teléfono? Son síntomas que pueden llegar a mantenerse unas dos o tres semanas”.
 
Sin embargo, la especialista advierte que el trastorno de estrés postraumático también puede volverse crónico.
 
“El interruptor del estado de sobrevivencia se queda encendido y los síntomas no desaparecen. No hay capacidad de relajación, el cuerpo se mantiene rígido y comienzan a darse una serie de cambios electroquímicos y endocrinológicos —como el aumento del famoso cortisol— en nuestro cuerpo que dan pie a la aparición de enfermedades crónico degenerativas (artritis, diabetes, etcétera) o algunos otros padecimientos más graves, como las enfermedades autoinmunes (artritis reumatoide, lupus, el síndrome de Guillain-Barré, entre otras), incluso cáncer”.
 
“Una buena cantidad de pacientes que desarrollan síntomas crónicos suelen tener también antecedentes de trastorno de ansiedad desde la infancia o la adolescencia. Quiere decir que este estado de sobrevivencia ya estaba instalado desde antes, pero cuando una persona se ve involucrada en un accidente, es víctima de un robo, una agresión, o se vive una experiencia negativa durante un temblor, la ansiedad inicial se puede volver crónica y duradera. De ahí la importancia de identificarlo tempranamente”.
 
¿Cuáles son los síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático?
El trastorno de estrés postraumático se caracteriza por una serie de síntomas que persisten después de la exposición a un evento traumático.
 
Los síntomas del TEPT pueden variar en intensidad y duración, y suelen afectar la calidad de vida de la persona que lo padece. Aquí tienes una descripción de los síntomas según la clasificación del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales:
 
Reexperimentación del trauma: La persona puede experimentar recuerdos angustiosos recurrentes e involuntarios, pensamientos intrusivos, pesadillas o flashbacks del evento traumático. Las personas pueden sentir una gran angustia cuando se expone a situaciones o estímulos que le recuerdan el trauma.
Evitación y adormecimiento emocional: Las personas con TEPT a menudo evitan situaciones, lugares o personas que les recuerdan el trauma. También pueden experimentar una disminución en la capacidad de sentir emociones positivas, sentirse distantes de los demás y perder interés en actividades previamente disfrutadas.
Alteración importante de la alerta y aumento de la activación: Esto se manifiesta a través de síntomas como irritabilidad, arrebatos de furia, dificultades para conciliar el sueño, problemas de concentración, hipervigilancia, respuestas exageradas de sobresalto y una sensación constante de alerta.
Alteraciones en el estado de ánimo y cognitivas: Las personas con TEPT pueden experimentar pensamientos negativos acerca de sí mismos o del mundo, culparse por el trauma o tener dificultades para recordar detalles del evento traumático.
“El paciente siempre está pensando que algo malo va a pasar, está pensando de forma negativa u siempre siente que está en peligro, viendo los diferentes escenarios catastróficos de una situación. La mayoría de las personas se están mordiendo las uñas, se rascan, o están sumamente inquietas por este deseo constante de querer huir”, menciona la doctora.
 
“También está el tema fisiológico. El paciente típico desarrolla gastritis, colitis, dermatitis, atopias, alergias, inflamación, un intestino en malas condiciones, problemas en la piel, eyaculación precoz, disfunción eréctil, anorgasmia, dispareunia, etcétera”.
 
Tratamiento para el Trastorno de Estrés Postraumático
El tratamiento del trastorno de estrés postraumático puede variar según las necesidades individuales de cada persona, pero generalmente implica una combinación de terapias y, en algunos casos, medicamentos.
 
“La fase aguda y la fase crónica del TEPT tiene un tratamiento específico, sin embargo, el pilar radica exactamente en lo mismo: tratar de apagar el sistema de recompensa del sistema de alarma y poder ayudarle al paciente a mitigar estos síntomas de ansiedad lo más pronto posible. Ochenta por ciento de los pacientes sí requiere un tratamiento farmacológico para poder, digamos, apagar el incendio, y una vez que este incendio se ha apagado —lo que puede ocurrir en una o dos semanas— se comienzan a instaurar tratamientos más integrales que implican terapia, principalmente la cognitivo conductual”, señala Amezcua.
 
“Hoy día hay terapias muy novedosas como la terapia de estimulación magnética transcraneal, —que radica en poder modificar o estimular la corteza cerebral para apagar ese interruptor de modo de supervivencia. Por otro lado, está la terapia EMDR, que también ha sido muy buena para este tipo de problemas de ansiedad, y psicoterapias que buscan hacer catarsis y entender de alguna manera como aliviar estos síntomas”.
 
“El tratamiento farmacológico suele hacerse con medicamentos antidepresivos —a veces ansiolíticos— que deben recetarse de manera muy juiciosa, de 6 a 8 meses, con un retiro muy paulatino para después mantener una vigilancia psicoterapéutica. Asimismo, existen tratamientos alternativos que, en el tema integrativo, contemplan cambios en la nutrición apostando por el estilo de vida adaptógeno —con plantas, raíces, hongos y flores que ayudan a pagar también el sistema de sobrevivencia— cuando los síntomas no son tan graves”.
 
La doctora Carmen Amezcua es médica psiquiatra con más de 19 años de experiencia. Es egresada de la Facultad de Medicina de la UNAM y cuenta con estudios de postgrado en Psiquiatría por parte del Instituto Nacional de Psiquiatría Juan Ramón de la Fuente y con una especialidad en adolescentes y trastornos afectivos.