Sin duda has oído hablar de varios alimentos, prácticas de cuidado de la piel y alérgenos que pueden provocar brotes y un aumento del acné en el rostro. Pero a veces, incluso cuando lo haces todo bien —comer los alimentos adecuados para tener una piel saludable, mantener una rutina de skincare rigurosa y bien pensada, así como intentar mantener las cosas lo más limpias para que el polvo no se acumule en tu piel—, todavía hay un factor sorpresa que podría estar causando muchos de tus brotes: la forma en que duermes.
Lo cierto es que, para algunos, esto podría parecer bastante confuso. Es decir, ¿cómo podría la forma en que duermes estar causando un problema como el acné? La respuesta es que ciertos hábitos y posturas al dormir son en realidad mucho más responsables de aumentar la grasa y el sebo presentes en tu piel, así como de causar más brotes de lo que imaginas.
A continuación, hemos enlistado tres cosas que podrías estar haciendo mientras duermes y que muy probablemente son ser la razón del aumento de acné en tu rostro.
1. La higiene exterior
Error: No cambiar la funda de la almohada con suficiente frecuencia
La cosa con la que tu cara tiene más contacto mientras duermes es tu almohada, y si está sucia, o no se cambia y lava con suficiente regularidad, dejará partículas en tu piel que obstruirán tus poros, lo que hará que tu piel erupcione.
2. La postura
Error: Dormir boca abajo
Puede que te preguntes por qué esta posición en particular te hace más propenso a presentar brotes de acné en el rostro. La razón es que, cuando duermes boca abajo, tu cara tiende a tener mucho más contacto con la funda de la almohada. Además, con esta posición también hay más fricción debido a los movimientos que realizas cuando duermes. Esa fricción puede, literalmente, frotar tu piel de la manera equivocada y hacerte más propenso a los brotes.
3. Limpieza antes de dormir
Error: Dormir con maquillaje o sin lavarse bien la cara
Si tiendes a quedarte dormido sin quitarte de la cara la suciedad del día, le estás haciendo un gran daño a tu piel. Los restos de productos artificiales, polvo, suciedad y partículas extrañas que no se limpian de la cara antes de dormir tienen entre 7 u 8 horas para macerar en la cara, y te dejan con brotes y granos gigantes tan pronto como te despiertas.
¿La lección? No es suficiente cepillar tus dientes, una buena rutina nocturna debe incluir una limpieza facial.
