Cuando una mujer se queda embarazada, lo más habitual es que, ante una falta en la menstruación y ciertos síntomas de embarazo como náuseas y sensibilidad mamaria, la mujer se realice un test de embarazo que confirme la gestación. De este modo, lo más común es que la mujer se entere de que está embarazada entre las semanas 5-12 de gestación.
No obstante, existen casos en los que la mujer desconoce que está embarazada hasta un avanzado estado de gestación o hasta que llega el parto y el momento de dar a luz. A esta situación se le conoce como embarazo críptico.
¿Qué es el embarazo críptico?
El embarazo críptico es aquel embarazo en el que la mujer no sabe que está embarazada hasta que se encuentra en un avanzado estado de gestación o, incluso, hasta que llega el momento del parto. También puede ser conocido como embarazo silencioso o sigiloso o como embarazo negado. Además, un embarazo críptico, generalmente, también pasa desapercibido para el entorno de la mujer.
Se trata de una situación que ocurre más de lo que cualquiera puede imaginar. A muchas personas les cuesta creer que la mujer no note que está embarazada. Especialmente, a las mujeres que ya han sido madres y han experimentado los síntomas típicos de un embarazo y los movimientos del bebé en su vientre. Sin embargo, un embarazo críptico puede suceder, incluso, en mujeres que no son primerizas.
Causas del embarazo críptico
Pese a que las causas del embarazo críptico no están del todo claras, se piensa que tanto aspectos físicos como psicológicos podrían estar involucrados y llevar a la mujer a no percibir que está embarazada:
Menstruaciones irregulares. En esta situación, la regla no aparece puntual y puede estar ausente varios meses, por lo que sería posible que la mujer no relacione la falta de menstruación con un embarazo. Este puede ser, por ejemplo, el caso de mujeres con síndrome de ovario poliquístico (SOP) o mujeres con insuficiencia ovárica prematura (IOP).
Sobrepeso y obesidad. Pueden llevar a alteraciones en el ciclo menstrual. Además, un índice de masa corporal (IMC) elevado puede llevar a que la madre no perciba claramente los movimientos del bebé.
Periodo de lactancia de un hijo anterior. La embarazada tampoco echará en falta la menstruación en este caso. Además, el estrés y el acelerado ritmo de vida de cuidar a un bebé puede hacer que ciertos síntomas como la fatiga o el dolor de espalda, si es que están presentes, sean atribuidos a otras causas.
Pérdidas en el embarazo. La mujer puede interpretar estos sangrados como la menstruación. Así, la mujer pensaría que sigue teniendo la regla y no se alertaría por la ausencia de menstruación.
Miedo al embarazo, a la maternidad o a sus posibles repercusiones cuando la mujer vive una situación no favorable. Podría llevar a la negación de la gestación. Sería, en cierto modo, un mecanismo de defensa del organismo que trataría de esconder el embarazo y de minimizar los síntomas. También se ha propuesto que puede estar causado por la reactivación de un trauma del pasado.
Del mismo modo, cuando se utilizan métodos anticonceptivos, la convicción y tranquilidad de que el embarazo no es posible podría superar y anular el reconocimiento de ciertos síntomas.
Síntomas de la negación del embarazo
Lo más característico de un embarazo críptico, y por ello es un embarazo silencioso que pasa desapercibido, es que la mujer no presenta ciertos síntomas comunes de la gestación y, en el caso de presentar algunos de ellos, se ignoran o se atribuyen a otras causas.
Un embarazo críptico puede suceder sin que el cuerpo experimente ciertos cambios que sí suceden en un embarazo habitual. Por ello, es posible que el volumen de la barriga apenas aumente pese a que la mujer sí está embarazada.
Como hemos mencionado anteriormente, la ausencia de menstruación puede obviarse si la mujer presenta menstruaciones irregulares, durante la lactancia o si se presentan pérdidas durante el embarazo. El posible aumento de peso, puede ser atribuido a un periodo de estrés o ansiedad y a una mala alimentación. De igual modo, los movimientos fetales puedes ser confundidos con gases o con algún malestar intestinal.
Consecuencias del embarazo críptico
Un embarazo críptico puede tener ciertos riesgos para la madre y para el bebé, tanto antes del parto (por el desconocimiento de la gestación) como después del alumbramiento (por el shock psicológico).
Durante el embarazo
El principal riesgo de un embarazo críptico es que, al tratarse de un embarazo desapercibido para la mujer, no se tendrán las precauciones oportunas. Por ello, puede haber carencias nutricionales (por ejemplo, de ácido fólico) y es posible que la dieta no sea apropiada o, incluso, que la madre fume y beba alcohol durante el embarazo, lo que supone ciertos riesgos para el feto.
Así mismo, hay ciertos medicamentos que no se deben tomar durante el embarazo. Por tanto, estos fármacos deben ser suspendidos o sustituidos por otros que no presenten riesgos durante la gestación. Sin embargo, si la mujer toma alguno de estos medicamentos no recomendados, al desconocer que está embarazada, seguirá haciendo uso de ellos.
Además, tampoco se llevarán a cabo los controles analíticos y ecográficos habituales en una gestación. De este modo, no se conoce el estado, ni la evolución y el desarrollo del bebé. Tras un embarazo críptico, con frecuencia el bebé presenta bajo peso al nacer o nace de manera prematura.
No obstante, el embarazo críptico también supone riesgos para la madre. Si la mujer no sabe que está embarazada, no se vigilará la aparición de ciertas complicaciones obstétricas como la diabetes gestacional o la preeclampsia.
Después del parto
Una vez que la mujer da a luz tras un embarazo críptico, es primordial mencionar las consecuencias psicológicas de tener un bebé sin saber previamente que se estaba embarazada. Además, suele ocurrir un sentimiento de malestar y culpa en la madre por no haber reconocido el embarazo y no haber tenido los cuidados necesarios en la gestación.
Normalmente, las mujeres que han tenido un embarazo críptico pueden establecer vínculos con su hijo, logrando aceptar la maternidad. Sin embargo, hay ciertos riesgos, especialmente, si la mujer da a luz sola. En este caso, puede ocurrir una disociación con la realidad que lleve a la muerte del bebé por abandono o, incluso, por la misma madre.