El presidente estadounidense, Joe Biden, saludó con un estrechón de manos al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, durante la cumbre de líderes del G20 y extendió una invitación al presidente de Indonesia, Joko Widodo, para que visite la Casa Blanca en noviembre.
Las interacciones de Biden con otros líderes en la cumbre del G20 (grupo de los países más desarrollados y los emergentes) de Nueva Delhi fueron limitadas, pero dejaron claro que Estados Unidos quiere fortalecer su relación con Asia y que la relación con Arabia Saudí sigue siendo una necesidad, a pesar de las tensiones de los últimos años.
Uno de los momentos que más atención acaparó fue el saludo entre Biden y Bin Salmán, quienes intercambiaron un apretón de manos durante un evento en los márgenes del G20 en el que Estados Unidos, Arabia Saudí y otros países acordaron colaborar en el desarrollo de un megaproyecto de ferrocarriles, puertos y conexiones energéticas que pretende ser una alternativa a la Ruta de la Seda de China.
Al terminar el acto, Biden se dirigió al primer ministro de la India, Narendra Modi, para saludarlo con un apretón de manos. En ese instante, Bin Salmán también extendió su mano para saludar a Biden, quien aceptó el gesto.
Mientras se saludaban, Modi colocó sus manos sobre las de Biden y Bin Salmán y los tres intercambiaron unas palabras que la prensa no pudo escuchar.
Bin Salmán y Biden no habían interactuado públicamente desde la visita del presidente estadounidense a la ciudad saudí de Yeda en julio de 2022, cuando ambos se saludaron con un choque de puños, un saludo que se popularizó durante la pandemia de la covid-19 y que la Casa Blanca justificó por precaución para evitar contagios.
Sin embargo, esa interacción generó críticas en el partido de Biden, el Demócrata, y en algunos medios de comunicación, ya que se produjo después de que la CIA concluyera que Bin Salmán había aprobado la operación que resultó en el asesinato de Jamal Khashoggi, periodista de The Washington Post, en el consulado saudí de Estambul (Turquía) en 2018.
Aparte de ese saludo con Bin Salmán, Biden también interactuó en numerosas ocasiones con Modi, el anfitrión del G20, y se mostró especialmente cómodo en la compañía del primer ministro británico, Rishi Sunak, a quienes se les vio sonriendo este domingo durante un evento para rendir tributo a Mahatma Gandhi.
No obstante, las reuniones bilaterales de Biden estuvieron reservadas para dos líderes asiáticos: Widodo y el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol.
Según la Presidencia surcoreana, el encuentro entre Yoon y Biden fue cordial, y ambos recordaron con agrado la cumbre que celebraron el 18 de agosto en Camp David (Maryland, EE. UU.) con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, en la que los tres países suscribieron importantes acuerdos militares para hacer frente a la carrera armamentística de Corea del Norte y al auge militar de China en el Pacífico.
Por otro lado, durante la reunión con Widodo, Biden aprovechó para invitarle a la Casa Blanca en noviembre y dejó claro que está deseando volver a encontrase con él en la cumbre de líderes del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), que también será en noviembre y se celebrará en San Francisco (EE.UU.), detalló la Casa Blanca en un comunicado.
Esta invitación a Widodo llega después de que Biden optara por no asistir la semana pasada a la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Yakarta, lo que generó dudas sobre el compromiso real de EE.UU. con una región de importancia crucial para su competencia con China.
Los líderes del bloque expresaron su decepción sobre la decisión de Estados Unidos -cuyo dirigente suele acudir a este foro, mientras China tiene tradición de delegarlo a su primer ministro-, si bien Washington reafirmó en varias ocasiones su compromiso con la región del Asia-Pacífico.