Miércoles 1 de Mayo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

El barrio de San Miguelito es de todos

Miguel Ángel Guerrero | 04/09/2023 | 00:31

Las obras de rehabilitación del barrio de San Miguelito que impulsa el gobierno estatal han generado diversas reacciones, desde genuinas muestras de respaldo hasta acciones políticas de rechazo que rayan en el oportunismo de cara al proceso electoral del próximo año.

Este barrio tenía décadas de abandono, el deterioro de su infraestructura urbana es notorio y no había voces que exigieran a las autoridades su intervención, imperaba una indiferencia ciudadana, no había interés alguno su rescate, luego vino el proyecto estatal y brotaron sin demora un grupo reducido de supuestos vecinos azuzando a los que sí lo son para que se opusieran con el pretexto de conservar los adoquines que en realidad nadie quiere por dificultar la movilidad.

En lo que no hay discusión, es en la necesidad urgente de dignificar este barrio como los demás y ya se hizo con los barrios de Santiago y Tlaxcala, el origen de la ciudad está en estos barrios que primero fueron villas y en su mayoría fueron habitados por población de origen indígena.

En la actualidad, algunos de los barrios presentan, además del deterioro de calles y banquetas, el abandono de muchas viviendas antiguas, inmuebles intestados o sin propietarios, lo que ha dado pauta a invasiones de los llamados “okupas” o por delincuentes que convierten estas casas en su refugio para ocultarse y resguardar el producto de sus latrocinios; apenas hace unos meses la policía recuperó una que fue residencia del poeta Othón y su familia en la calle de Comonfort después de que sus propietarios presentaron la denuncia respectiva por el delito de despojo.

El disenso que se ha expresado proviene de grupos facciosos atentos a cualquier oportunidad para confrontar a la autoridad, no les interesa en realidad la precaria situación, en este caso del barrio de San Miguelito, lo que buscan es detonar conflictos, dividir a los potosinos, exacerbar el ánimo social de manera artificiosa para sacar provecho político y figurar en los próximos meses como salvadores del patrimonio arquitectónico y cultural de la ciudad.

Estos agitadores profesionales, que se disfrazan lo mismo de ambientalistas, demócratas o expertos en urbanismo según la ocasión que se presente, a su vez tienen parentesco sanguíneo o político con exalcaldes o con diputados impresentables; otros hasta cobran en el sector público sin desempeñar en realidad un trabajo sino como una concesión o favor político, y lanzan la piedra y esconden la mano pensando que nadie descubre su incongruencia y falta de ética.

Contra la minoría insidiosa que se opone a las obras, han comenzado a salir los verdaderos vecinos de San Miguelito con una conciencia clara de la importancia que significa el rescate de su barrio, se informan y organizan, a través de un desplegado han expresado su identidad y compromiso de acompañar el rescate de su entorno; mientras la Seduvop se coordina con el INAH para uniformar criterios y superar las diferencias.