1. Miguel de Cervantes y Saavedra (1547-1616)
En las mazmorras de Argel, fue prisionero el Manco del Lepanto durante cinco años, los que le valieron el padecimiento de la tortura. Fue Fray Juan Gil, quien pagó quinientos escudos de oro para rescatarlo.
Años después en 1597, es recluido nuevamente, esta vez en la Cárcel Real de Sevilla. Ahora acusado de, supuestamente, quedarse con el dinero de los impuestos que recaudaba, cuando en realidad el banco donde depositó aquel dinero había quebrado.
En su celda, como lo suscribe el propio Cervantes en sus páginas, «engendró» al Quijote. Una obra en la que concurren el drama, la lírica y la narrativa.
2. Donatien Alphonse François de Sade (1740-1814)
Pariente del Rey de Francia por línea materna, miembro durante trece años del ejército francés. Primero Conde, luego Marqués y, finalmente, ciudadano Sade. Este escritor fue encerrado por veintisiete años, entre «asilos para locos» y la prisión.
La literatura de Sade revelaba las prácticas sexuales de la Francia de la época y describía la más decadente y atroz condición humana. En la vida de El Marqués de Sade, la escritura y el sexo se cuentan entre sus pasiones más hondas, cual vasos comunicantes.
Le prohibieron escribir, le quitaron el carbón que no usaba para calentarse sino para apuntar en las paredes. Incluso se cortó las venas y usó su sangre y sus sábanas para escribir sus historias. ¡Compuso obras en papel higiénico!
Ese fue Sade. Un escritor controversial, con obras vendidas y agotadas en la clandestinidad. Imposible dejarlo fuera de esta lista.
3. Fiódor Mijáilovich Dostoyevski (1821-1881)
Un ruso con una obra universal: Crimen y Castigo, Noches blancas, Pobres gentes, Humillados y ofendidos, El jugador, El idiota, Memorias del Subsuelo y Recuerdo de la Casa de los Muertos o Los presidios de Siberia; este último libro producto de su experiencia en el encierro. Acusado de conspirar contra el zar Nicolás I, fue arrestado y recluido por pertenecer al grupo intelectual liberal Círculo Petrashevski.
4. Óscar Wilde (1854-1900)
En la cúspide de su obra, Wilde, tras una serie de procesos, fue declarado culpable de indecencia grave (homosexualidad) y condenado al encierro por dos años y trabajos forzados. Desde su celda escribió el De Profundis, un libro de carácter epistolar y testimonial de sus años en aislamiento.
5. Henry David Thoreau (1817-1862)
Hizo su casa aislada del mundo en medio del bosque y con sus propias manos, se negó a pagar los cinco dólares para obtener el diploma de Harvard, dictó clases de gramática en Massachusetts, fue amigo predilecto del egregio Ralph Waldo Emerson.
En 1846 Thoreau se negó a pagar impuestos (ya debía seis años). No quería financiar la campaña bélica de un Estado enfrentado a México y garante de la esclavitud. Le cayó el peso de la ley esa misma noche: fue encarcelado. Al día siguiente lo dejaron salir (una tía buena, de esas que nunca faltan, pagó los impuestos por él).
Fruto de ese encierro nace Desobediencia civil, una obra cimera en la estrategia de la resistencia como mecanismo de acción política, que inspiró a hombres de talante humano elevado como: León Tolstói, Mahatma Gandhi, Robert Frost, Martin Luther King Jr., John F. Kennedy, Marcel Proust, Ernest Hemingway, Henry Stephens Salt, entre otros.