Jueves 2 de Mayo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

¿El colpasto de la tercera vía?

José Luis Solís Barragán | 26/08/2023 | 00:07

El 2018 debió ser un hito para los partidos políticos en México, el estrepitoso fracaso marginó a la partidocracia tradicional, lo que en algunos casos obligó a replantear la forma en que se debía hacer política, mientras que, en otros institutos, al puro estilo gatopardista, cambiaron todo, para no cambiar nada.

Movimiento Ciudadano fue parte de los grandes perdedores del 2018, construyeron un “frente opositor”, pero sin bases sólidas que hicieran una plataforma competitiva, y sumado al reparto de candidaturas en base a cuotas y cuates, sólo se fortaleció el paso a la ola morenista que sacudió a toda la clase política.

Fue a partir de este fracaso, que Dante Delgado buscó aglutinar a su partido; con el triunfó en Jalisco, se mostró como una plataforma en crecimiento, se deslindó del fracaso y comenzó a construir una narrativa que presentara al exgobernador expriista y su grupo, como los impulsores de una “nueva política”.
Dante Delgado es un político de vieja cepa, un hombre que se sintió cómodo durante la hegemonía priista, pero que, con el derrumbe del partido de Estado, transitó a la oposición y desde ahí construyó un partido que sirviera a sus intereses.

Los intereses de Dante Delgado se alienaron por años a la sombra de Andrés Manuel López Obrador, jugaron con él a lo largo de casi tres lustros, pero para el 2018, la ruptura entre ellos, los hizo construir candidaturas contrarias, pero el político veracruzano no realizó bien sus apuestas y perdió de la mano de Ricardo Anaya.
Dante Delgado no debe pensarse como un político ingenuo y/o inexperimentado, es un político que logró que un partido que históricamente era concebido como marginal, llamara pronto la atención de la ciudadanía y de la clase política que buscaba nuevos cotos de poder.

Movimiento Ciudadano se planteó como el constructor de una nueva visión, al puro estilo lopezobradorista comenzó a recolectar políticos que le fueran funcionales y sumado a la frescura de ciertos cuadros novedosos, Dante Delgado, había logrado en menos de dos años, presentar a su partido, como una tercera vía.
Está nueva faceta, brindó en poco tiempo buenos resultados, se hicieron merecedores a su segunda gubernatura, la joya de la corona del mapa electoral, Nuevo León se sumaba a la ola naranja; y en la Cámara de Diputados incrementaba su presencia, haciéndolos una fuerza real.

El 2021 fue sin duda un año de festejo para Dante Delgado y su partido, alcanzaron resultados inesperados, pero con ello también se acrecentaba la presión para que se sumara a un bloque opositor que pusiera freno a MORENA y su locomotora, sin embargo, el viejo lobo, los rechazó categóricamente.

Dante Delgado tiene mucha lógica cuando argumenta que el Frente opositor pierde la mayor parte de los comicios, que son los mismos hombres haciendo la política de siempre, que no han podido reinventarse para ofrecer una plataforma atractiva para los mexicanos, pero es momento de preguntarse ¿Qué tan conveniente es seguir por la ruta que se trazó hace tres años?

En los procesos electorales de forma tradicional se hacen con la victoria, aquellos que logran transitar de los extremos, hacía el centro, es ahí donde la visión de una tercera vía, era un discurso muy atractivo que pudo construirse a lo largo de 5 años, sin embargo, en un país tan polarizado como el que vivimos, el correrse al centro, no se presenta como una opción real, sino más bien se seguirá avanzando por la ruta de los extremos.
El problema real que enfrenta MC, tiene que ver que su discurso empieza a quedar desdibujado, la falta de claridad lo puede empezar a marginar e incluso a drenar, lo que volvería al partido de Dante Delgado, a su punto de origen, es decir un partido que vive de sus plurinominales y prerrogativas.

Movimiento Ciudadano debe definirse sobre la ruta que va a tomar, ya que, si su visión enfoca rumbo al 2030, no pueden perder de vista, que primero deben transitar la aduana del 2024, y en este escenario de polarización, su indefinición puede costarles mucho más, de lo que puedan ganar de ir en forma solitaria.
Probablemente Xóchitl Gálvez en este momento no es un problema para el lopezobradorismo, pero sin duda alguna puso en jaque a Dante Delgado y a Movimiento Ciudadano, con lo que parece ser el colapso de la tercera vía.