Hace más de un mes, el primer domingo de junio después de la jornada electoral en el que el PRI se jugaba sus últimos bastiones políticos, las expectativas que la ciudadanía ponía en la oposición eran muy bajas, y en el sentir colectivo, se percibía que, en casi 5 años, no se había construido proyecto o narrativa que pudiera hacer frente a la maquinaria morenista.
En política, nada se encuentra escrito en piedra, los escenarios pueden dar importantes giros, y eso es justo lo que vivimos los mexicanos con la irrupción de Xóchitl en la contienda presidencial, ya que muchos considerábamos que se desarrollaría con la monotonía de que un partido tenga un amplio margen de ventaja sobre sus contrincantes.
El Frente opositor no cambió su estrategia o narrativa, sus partidos políticos no convencen, sin embargo, Xóchitl Gálvez trajo oxigeno puro a la oposición, ya que logró entusiasmar, llamar la atención, romper el monopolio de atención que recaía en el Presidente y con ello generó una esperanza a muchos que no se identifican con el lopezobradorismo.
El Frente logró rápido aglutinarse, aprovechar el momento de la irrupción en la agenda política y levantar las esperanzas de ciertos sectores sociales, más allá de especular sobre ¿cuánto creció en las preferencias el voto de la coalición?, la realidad es que si han levantado los ánimos y con ello sus propias expectativas.
La oposición tenía frente a sí, diversos retos, el primero de ellos era entusiasmar y después de casi cinco años de estar en la lona, se veían una meta casi imposible de alcanzar y aún así, lo lograron; sin embargo, el segundo reto es conseguir la cohesión tanto de sus grupos de poder en sus diferentes ámbitos, pero también con los sectores sociales con los que puedan identificarse.
El Frente amplio, ya cuenta con nuestra atención, incluso en gran medida logró eclipsar el proceso interno de MORENA y sus aliados; sin embargo, el tema la unidad es un factor que día a día pareciera imposible de lograr, candidatos que se bajaron desde el inicio por el método, otros que en el camino señalaron supuestas inconsistencias y por último, algunos que tienen sobre sí, un dictamen que les niega la posibilidad de continuar, derivado de no cumplir con el número de firmas, o la dispersión geográfica de las mismas.
El Frente si quiere ser competitivo, debe mostrar unidad, es necesario garantizar que la mezquindad no sea un factor en la construcción del mismo, que no exista interés personal o afán de protagonismo, que se anteponga ante la idea de un proyecto de nación, a la conservación de cuota de poder.
Vamos en la primera etapa de la construcción del Frente amplio por México, en este momento no existía la necesidad de confrontación, y aún así, la sombra de la ruptura hace sus apariciones y debilita a la fuerza política que dio esperanzas de lograr elecciones competitivas; falta ver los nuevos momentos en que habrá contraste de ideas y quizás eso tense aún más la relación que permite la unidad.
Tiene la oposición un gran camino recorrer, la candidatura presidencial y los 300 distritos para Diputados Federales y 64 candidaturas por un escaño senatorial; 12 gubernaturas, 31 congresos locales, 1580 ayuntamientos y 16 alcaldías, la forma en como procese cada una de estas candidaturas, será esencial para construcción de la posibilidad de ser competitivo en el proceso electoral.
Es difícil predecir el futuro del Frente amplio por México, pero las presiones que cada día se incrementarán, pueden hacer explotar las posibilidades que en pocas semanas han conseguido, la mezquindad de grupos y políticos, pueden ser las determinantes principales que pongan precio y fin a las esperanzas de aquellos, que desean un cambio real en México.