Martes 30 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Con la educación, ¡NO!

María Aranzazu Puente Bustindui | 09/08/2023 | 00:31

La educación es un pilar fundamental en el desarrollo de una sociedad, ya que moldea las mentes jóvenes y prepara a las futuras generaciones para enfrentar los retos del mundo. Sin embargo, existe un riesgo latente cuando la educación se ve sesgada por la ideología política de turno. Esta situación puede tener efectos profundos y negativos en la formación ciudadana y en la capacidad de los individuos para pensar críticamente y tomar decisiones informadas.
 
Uno de los principales riesgos de una educación sesgada por la ideología política es la manipulación de la información. En un sistema educativo en el que se privilegia una única perspectiva política, se tiende a presentar una versión distorsionada de la historia, los hechos y las ideas. La información se selecciona y adapta para encajar en el molde ideológico, lo que impide a los estudiantes obtener una comprensión equilibrada y objetiva de los acontecimientos pasados y presentes.
 
Además, una educación sesgada puede fomentar la intolerancia y la polarización en la sociedad. Cuando se inculcan opiniones políticas únicas y se excluyen otras voces, se crea una división entre quienes están dentro del sistema y quienes no lo están. Esto puede dar lugar a la formación de "burbujas ideológicas", en las que los individuos solo están expuestos a una perspectiva limitada y se vuelven menos receptivos a la diversidad de opiniones y puntos de vista.
 
Otro riesgo importante radica en la supresión del pensamiento crítico. La educación de calidad debe fomentar la habilidad de los estudiantes para analizar, cuestionar y evaluar la información de manera independiente. Sin embargo, cuando la ideología política es impuesta de manera dogmática, se puede reprimir la capacidad de los jóvenes para cuestionar y pensar de forma crítica. Esto socava el desarrollo de habilidades fundamentales para una ciudadanía activa y participativa.
 
La educación sesgada también puede limitar las oportunidades de diálogo y debate constructivo en la sociedad. Si los individuos son educados en una única ideología, se puede dificultar la comunicación efectiva entre diferentes grupos y perspectivas. El diálogo es esencial para resolver conflictos, encontrar soluciones y construir consensos en una sociedad diversa. Una educación que promueva únicamente una ideología corre el riesgo de inhibir estas interacciones cruciales.
 
Y todo lo expuesto estimados lectores, son solo algunos de los muchos argumentos que pueden afirmarse sobre los riegos que representa que un gobierno manipule la información que reciben nuestros estudiantes. Esto cobra mayor importancia ante el reciente intento de la Secretaria de Educación Pública del Gobierno Federal de distribuir en todas las escuelas públicas y privadas del país una serie de libros de texto gratuito que de manera clara, manipula los hechos “históricos” con su narrativa, suprime una serie de materias indispensables para la formación de nuestros futuros tomadores de decisiones y maneja, de manera cuestionable el contenido de temas elementales para el desarrollo de los menores con un sesgo ideológico nunca antes visto en nuestro país. 
 
La situación no es para menos, ya que son muchas las voces de padres de familia, maestras y maestros, académicos, activistas, expertos y personas de diversos ámbitos de la sociedad civil que visualizan un alto riesgo de llevar a la niñez mexicana al declive, al evitar que las nuevas generaciones tengan bases sólidas que les ayuden a desarrollar su creatividad, pensamiento crítico y conocimientos suficientes para aspirar a una mejor formación. 
 
Y es que, no cabe duda que estos libros llevan el sello de la actual administración presidencial, donde además de la opacidad, los proyectos hechos al vapor, sin ningún tipo de rigor profesional, diseñados e improvisados únicamente para cumplir con el capricho del personaje que hoy se siente dueño de México. 
 
Para evitar estos riesgos, es esencial promover la educación basada en la imparcialidad y el pluralismo. El sistema educativo mexicano debe fomentar el acceso a una variedad de perspectivas políticas, históricas y culturales, permitiendo que los estudiantes desarrollen sus propias opiniones informadas. Los educadores tienen la responsabilidad de presentar hechos y argumentos de manera objetiva, alentando a los estudiantes a cuestionar y explorar diferentes enfoques. Es indispensable que los políticos saquen las manos de la formación de nuestras niñas y niños. 
 
Apuntes
 
A propósito del tema, resulta por demás curioso la declaración del presidente López Obrador, donde afirma que “sería inconstitucional si los estados no reparten los libros de texto de la SEP”clamando un claro acto de inconstitucional. Qué curioso que el presidente que se ha burlado, atacado y rechazado una cantidad innumerable de veces el orden constitucional, ahora si quiera que se respete a su conveniencia, presidente, ¿somos o no somos?
 
Esperemos que en los próximos días, las autoridades federales recapaciten y detengan este claro error que puede condenarnos a un retroceso educativo sin precedentes, y que acate las resoluciones judiciales que ordenaron enderezar este proceso, desde Acción Nacional estaremos presionando para que así sea. 
 
Muchas gracias por su atención y lectura. Nos leemos en quince días. 
 
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