Lunes 4 de Noviembre de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

La factura que debemos pagar

José Luis Solís Barragán | 07/08/2023 | 14:05

EN VARIAS OCASIONES HEMOS señalado en este espacio que la primera obligación de un Estado es sobrevivir, ello implica el gozar de legitimidad, el crear un ecosistema institucional que permita el desarrollo armónico de la sociedad, así como de lograr un mínimo de bienestar económico para la población.
 
LO ANTERIOR PARTE DEL PRINCIPIO esencial de que el Estado es producto de lo que se denomina el pacto social, es decir, es el acuerdo que celebra la colectividad en el que acepta la renuncia o limitación de ciertos derechos, con la finalidad obtener un beneficio colectivo.
 
BAJO ESTA LÓGICA, EL CIUDADANO sacrifica en aras de un Estado que debe velar por un bien superior, es decir el colectivo; pero cuando el gobierno se desborda frente a su sociedad, se genera una crisis que requiere una intervención profunda, que permita sanar la herida del abuso del poder.
 
TODA NACIÓN DEMOCRÁTICA tiene obligación de saldar cuentas pendientes por atrocidades cometidas, por lo que algún día presupusieron los gobernantes en turno que era la razón del Estado, el pretender dar vuelta a la página y aparentar que no sucedió nada, sólo profundizará una herida que termina por afectar la legitimidad estatal.
 
EN NUESTRO PAÍS, EL desbordamiento del gobierno contra los ciudadanos se ha manifestado en diversas ocasiones, ha lesionado al Estado y lo ha inhabilitado para ejercer funciones esenciales como el uso de la fuerza pública, por la carencia de legitimidad ocasionada por la falta de transparencia y rendición de cuentas.
 
MÉXICO CARGA LOS FANTASMAS de los estudiantes asesinados en la Plaza de Las Tres Culturas, en Tlatelolco; de los jóvenes muertos a manos de los halcones el Jueves de Corpus; de los mexicanos asesinados en Acteal; y el más reciente de triste memoria, los 43 normalistas de la noche de Iguala.
 
EN NINGUNO DE LOS CASOS mencionados existió un compromiso real para conocer la verdad, deslindar responsabilidades y sancionar culpables, en todos los casos, solamente había cálculos políticos que permitieran transitar al sistema, pese a que ello afectara los cimientos del Estado mismo, eso es una muestra más de la limitada visión de nuestra clase gobernante.
 
EN LOS PRIMEROS CASOS QUE SE mencionan, pudiéramos pretender señalar que la complicidad del sistema de partido preponderante, propiciaba la imposibilidad de conocer las razones, los hechos y las circunstancias de los actos contra la ciudadanía, pero desde el año 2000 a la fecha, la transición y alternancia política permitieron la llegada de nuevos actores que debieron asumir como compromiso esencial, la protección del Estado mismo, a través del desmantelamiento del régimen de complicidades e impunidad.
 
SIN EMBARGO, LA COMISIÓN DE la verdad en la época foxista para los crímenes del sexenio de Gustavo Díaz Ordaz y de Luis Echeverría Álvarez, no revelaron nada que fortaleciera la legitimidad Estatal y, por el contrario, el uso desmedido de la fuerza se manifestaba en ese gobierno, mediante los hechos de San Salvador Atenco.
 
El Calderonismo y el Peñismo, prefirieron prolongar el manto de complicidad del presidencialismo mexicano, sin embargo, a este último la noche de iguala y la desaparición de 43 normalistas lo obligaron a despertar de su sueño de salvador de México, pero nuevamente, la impunidad pesó más que la salud estatal.
 
LÓPEZ OBRADOR TRIUNFÓ EN LAS elecciones al mostrarse como un dirigente diferente, las esperanzas de millones se volcaron en alguien, de quien esperaban redirigiera el destino del país, sin embargo, los cimientos del viejo régimen no fueron víctimas, ni siquiera del intento de ser removidos.
 
LA DESAPARICIÓN DE LOS 43 normalistas seguirá pasando factura a un Estado que no pude asumirse como democrático por su necedad de no desnudar el entramado de corrupción e impunidad que permea en nuestro país, la investigación de Iguala será un pendiente más, para aquella persona que tenga el verdadero valor de querer construir una democracia sobre las ruinas de un presidencialismo exacerbante, la duda seguirá siendo ¿Hasta cuándo llegarán la verdad y la paz para las víctimas del Estado?
 
@josesolisb