De 'Los panistas también lloran' a 'Discriminación a la inversa': el irrisorio enfoque de las declaraciones de Santiago Creel Miranda
En el actual escenario electoral, es innegable el posicionamiento de Xochitl Gálvez como una de las principales precandidatas de la oposición, ya quees la más presentable dentro del grupo opositor para el electorado,ymediáticamente es la figura más destacadapor una importante presencia en los medios de comunicación impulsada por sus desacuerdos con el presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que la ha colocado ante el ojo público como la opción más viable en contra de la permanencia del gobierno presidencial de Morena.
Ante esta realidad, la desesperación de aquellasprecandidatas y precandidatos del grupo opositor que han quedado más grises de lo que ya estaban,les ha llevado a buscar desesperadamente el protagonismo mediático a como dé lugar para no quedar fuera de la contienda política de los presidenciables. Tal es el caso de Santiago Creel, presidente de la Cámara de Diputados, quien hasta hace algunos meses había desempeñado un papel aceptable en ese cargo, pero que ahora parece haber cruzado la línea de lo irrisorio.
En primer lugar, su discurso al registrarse como precandidato, con pucheros, golpeos de templete y citando con la voz quebrada a los “jinetes del apocalipsis”, provocó en redes sociales más burlas y descalificaciones que un acercamiento con el electorado popular, algo que al PAN jamás se le ha dado muy bien que digamos (como olvidar a Ricardo Anaya en la contienda pasada acompañado de su flauta cantarina y los mil y un memes que surgieron en su campaña). Y si después de esto, se pensaba que no se podía llegar más lejos, lo más lamentable estaba por venir, cuando Santiago Creel se autodeclaró víctima de "discriminación a la inversa", afirmación absurda, pero inquietante a la vez:"He sido objeto de ataques por parte de Andrés Manuel López Obrador debido a mi origen, mi piel y mis ojos… he sufrido discriminación inversa", fueron las palabras del mencionado político, las cuales son sumamente graves, y más allá de las risas que pueda provocar, es tremendamente irresponsable en un país como México, que tiene graves violaciones en materia de derechos humanos vinculados con el racismohacer estas lamentables declaraciones..
Primeramente dejemos claro que discriminar es en términos generales: tratar de manera diferente a una persona debido a alguna característica inherente; y si bien, es cierto que sufrir comentarios prejuiciosos o ser objeto de descalificaciones por tener piel blanca y provenir de una familia de clase económica alta puede ser en cierto grado discriminatorio y recaer en estereotipos y prejuicios, no es equivalente racismo.
Por lo tanto, Señor Santiago Creel, permítame explicarle: el racismo se caracteriza por trascender el conflicto entre individuos y afectar la vida en sociedad, generando marginación y desigualdad. Es un sistema de opresión arraigado en instituciones, leyes y diferentes grupos sociales que actúan en contra de aquellos que poseen características inherentes socialmente no aceptadas, descalificándolos y anulándolos debido a prejuicios e ignorancia hacia lo diferente, conflicto que en nuestro país tiene sus raíces en un legado colonial de castas que ha dejado en el imaginario colectivo la idea de que el color de la piel, los apellidos y el nivel educativo definen la existencia de las personas.
Por lo tanto, Señor Creel, al mencionar que sufre "discriminación a la inversa", se revelan dos aspectos preocupantes sobre usted. En primer lugar, parece minimizar las arduas luchas y desafíos contra el racismo a los que se enfrentan diversos grupos sociales, quienes han dedicado sus vidas en busca de reconocimiento y respeto a sus Derechos Humanos fundamentales.
En segundo lugar, al equiparar su experiencia, basada en prejuicios por tener ojos celestes y piel blanca, con la discriminación racial que se vive en nuestro país, refleja una falta de proporción en su comprensión del racismo y una nula empatía hacia la diversidad de realidades que existen en nuestra sociedad, en un país donde el color de piel, el género o la condición económica pueden costar vidas y afectar profundamente la calidad de vida en México. Racismo es lo que viven día a día los pueblos indígenas, personas de la diversidad sexual, migrantes, personas con discapacidad, personas afromexicanas o afrodescendientes, niñez, personas adultas mayores, mujeres y personas de diferentes credos (por mencionar algunos grupos sociales afectados por dicho fenómeno social) al enfrentarse a las estructuras sociales que no conciben la coexistencia de lo diverso y eso, claramente, no es lo que vive usted señor Creel ¡por favor!.
Políticos, todos ustedes, en lugar de buscar protagonismo a través de afirmaciones insulsas como esta, es fundamental que se concentren en abordar los problemas reales y trabajar para lograr una sociedad más justa e inclusiva. La discriminación y el racismo son problemas serios y complejos que merecen ser tratados con sensibilidad y comprensión, no como meros chistes electorales (involuntarios, supongo en esta experiencia que se narra). Enfrentemos pues estos desafíos con seriedad y responsabilidad, enfocándonos en soluciones concretas que promuevan la igualdad y el respeto a la diversidad en nuestro país.
