Para los auténticos cazadores de sabores, irse de viaje es una oportunidad para buscar la próxima cena inolvidable. Obviamente, visitar los destinos gastronómicos de moda es una prioridad.
En Europa, los festines “de la granja a la mesa” atraen a un público más sosegado en Ibiza, mientras que las panaderías de última generación de Copenhague, dirigidas por exchefs del Noma, preparan bandejas de bollos de canela pegajosos y croissants de masa madre.
Pero también se pueden encontrar lugares menos comunes, no solo en el epicentro de la comida vasca, San Sebastián, o en ciudades francesas como Lyon, sino también en las lejanas islas griegas, en los tranquilos tramos de la Costa Dorada española y en las pequeñas ciudades costeras escocesas.
Esta es nuestra selección con los mejores destinos europeos para satisfacer al viajero eternamente enamorado de la comida, con recomendaciones de lugares, platillos y uno que otro consejo para gozar de una experiencia inolvidable.
Sevilla, España
El mejor lugar para: ¡comer todo el día!
Si lo que le amas es comer durante todo el día, Sevilla es tu mejor opción. Aquí no se trata tanto de comer tres veces al día, sino de organizar tu itinerario en torno a la comida. La cultura gastronómica es fuerte y tradicional: las especialidades regionales incluyen el gazpacho andaluz, el pescaíto frito y el jerez, y recomendamos pedir tapas en varios bares a lo largo del día, para aprovechar al máximo el viaje.
El Rinconcillo (que aparece en la foto) es uno de los bares favoritos de los sevillanos y los turistas, y se presenta como el bar de tapas más antiguo de Sevilla, con sus clásicos azulejos, sus jamones curados y sus paredes repletas de botellas.
Lisban, Portugal
El mejor lugar para: restaurantes asequibles.
Como siempre, Lisboa tiene mucho que ofrecer, sin embargo, ahora mismo está en nuestra mira tras haber sido nombrada la ciudad europea más barata para visitar en 2023.
Una comida de tres tiempos cuesta en promedio 50 dólares, según un estudio reciente de The Post Office, mientras que una botella de cerveza de 330 ml en un bar tradicional cuesta apenas 2.5 dólares, lo que es más barato que en cualquier otra ciudad en el top diez del mismo ranking.
Pero estos restaurantes no solo son económicos. Los mejores restaurantes de Lisboa están situando a la capital portuguesa en el mapa gastronómico. La mejor forma de degustar la comida tradicional es en una de las tascas de la ciudad, restaurantes informales que sirven platos muy locales. Belcanto, por ejemplo, fue el primer restaurante de Lisboa en conseguir dos estrellas Michelin.
Bolonia, Italia
El mejor lugar para: comer auténtica comida italiana.
Italia es protagonista en esta lista (también recomendamos Nápoles, los Dolomitas y Cerdeña), pero Bolonia encabezó recientemente nuestra clasificación de los Premios de Nuestros Lectores como la mejor ciudad del mundo para comer, así que también merece una mención aquí.
Enclavada en la región septentrional de Emilia Romaña, Bolonia recibe, entre otros, el apodo de “La Grossa” o “la gorda”. Esta región es la cuna del parmesano, el jamón de parma, la mortadela al vinagre balsámico, la lasaña, los tortellini en caldo y la boloñesa.
Pero Bolonia es relativamente poco visitada en comparación con muchas de las grandes ciudades italianas, lo que significa que un viaje aquí pasa deliciosamente desapercibido. Visita los mejores restaurantes de Bolonia para degustar gramigne alla salsiccia (pasta con salchicha) en Trattoria Bertozzi o tortellonis rellenos de ricotta con tomate San Marzano en All'Osteria Bottega.
Los Dolomitas, Italia
El mejor lugar para: una comida lenta.
Olvida lo que crees saber sobre la pasta al limone y el Aperol Spritz, porque este rincón de Italia, escondido en las montañas del noreste, bien podría ser otra nación en lo que a comida se refiere.
Los lugareños a menudo ni siquiera hablan italiano, y los pueblos alpinos, respaldados por escarpados picos montañosos, están arraigados en las tradiciones rurales a la vez que miran hacia un futuro más verde. Más del 85% de las casas con certificación de eficiencia energética de Italia están en el Tirol del Sur, y la región recurre en gran medida a fuentes de energía sostenibles para abastecer a sus excepcionales hoteles.
Los restaurantes elaboraban menús de temporada con productos locales mucho antes de que se convirtiera en una práctica habitual, y el vino que se cultiva en las montañas es biodinámico y poco intervencionista. En la planta superior de Alpinn, un restaurante de cristal con pantalla panorámica, se pueden pedir platos de panceta de ternera con glaseado de heno ahumado y bistec del Tirol del Sur. Otra opción es comer en el pequeño Gostner Schwaige para degustar un menú de quesos y carnes, sopas de hierbas y lonchas de ternera.
París, Francia
El mejor lugar para: disfrutar de los clásicos.
No es el destino más inesperado o inusual de esta lista, pero París es uno de los destinos gastronómicos más clásicos de Europa por todas las razones correctas.
Si busca filetes jugosos con papas fritas imposiblemente finas, seguidas de una crème br?lée con ese crujido satisfactorio tan solicitado, te recomendamos Le Cadoret, uno de los bistrós locales por excelencia de Belleville, con una sorprendente oferta de cerveza artesanal. Para platos más contemporáneos y dramáticos come en restaurantes como Maison (pide el pichón), pero si eres un comensal con mentalidad ecológica mejor reserva una mesa en Le Rigmarole. El croissant perfecto lo encontrarás en La Pâtisserie de Cyril Lignac y los macarrones en Pierre Hermé. No está de más decir que la capital francesa alberga algunos de los comedores más bonitos.