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¿TOC en gatos y perros? Aprende a reconocerlo

Reforma | 07/07/2023 | 18:29

Algunos tutores podrían considerar adorable ver a su gato lamerse o a su perro perseguir su cola. Sin embargo, si este tipo de actividades son tan persistentes que interrumpen las rutinas diarias de las mascotas tal vez indican que existe un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
 
 Una persona presenta esta condición de salud mental cuando experimenta pensamientos obsesivos, llevándola a comportamientos repetitivos conocidos como compulsiones. A menudo no son sanos.
 
 Gatos y perros también son afectados por el TOC. Se presenta, principalmente, como comportamientos compulsivos porque no se sabe si los animales de compañía de verdad están "obsesionados", explica Ashley Navarrete, médica veterinaria de la Escuela de Medicina Veterinaria y Ciencias Biomédicas de la Universidad de Texas A&M.
 
 Según investigaciones, este tipo de comportamientos están arraigados en la genética de los animales. Cualquier can o minino puede experimentar compulsiones porque son derivaciones de comportamientos considerados normales, pero persisten por periodos prolongados de tiempo y no tienen un propósito, detalla la especialista.
 
 Algunos de los más comunes en gatos son asearse en exceso, succionarse o lamerse, vocalizar repetidamente, caminar hacia adelante con cautela y después de reversa, así como perseguir objetos imaginarios.
 
 Con respecto a los perros, destacan perseguir su cola, lamerse, dar vueltas alrededor de un punto, masticar, ladrar, caminar adelante y atrás con cautela, y morder objetos invisibles.
 
 Todos estos comportamientos pueden estimular cambios físicos que calman a las mascotas. Por ejemplo, disminuir el ritmo cardíaco y liberar hormonas causantes de sensaciones agradables, lo que dificulta que los animales paren.
 
 Navarrete sugiere a los tutores prestar atención a las compulsiones comunes. Si una mascota no puede ser distraida de ese tipo de comportamiento o vuelve a hacerlo después de unos minutos de distracción, podría tener TOC.
 
¿Cómo se diagnostica?
 Un primer paso para diagnosticar TOC en un animal es descartar cualquier condición médica que podría estar causando tales comportamientos, así que Navarrete recomienda que un médico veterinario examine a las mascotas sospechosas de exhibir compulsiones.
 
 Con frecuencia, son respuestas a estresores. Al alcanzar cierto nivel de estrés, pueden escalar hasta causar daños físicos.
 
 "Un perro que repetidamente lame su pierna como un comportamiento relajante puede desarrollar un granuloma acral por lamido, una condición de la piel que si no se deja curar puede provocar inflamación e infección", ejemplifica.
 
 Si bien médicos veterinarios deben descartar los problemas médicos como causa, los tutores están a cargo de identificar qué acciones disparan las compulsiones. Algunos ejemplos son recibir visitas en casa, aspirar o usar apuntadores láser.
 
 "Mi propio border collie tenía un comportamiento compulsivo que involucraba pararse en rayos de luz y morder partículas de polvo. Era extremadamente difícil distraerla y mordía todo lo que tenía delante", contó Navarrete en un comunicado.