Después del rojo y el rosa: el beige
Ahora se ha añadido otro color a la familia de las banderas, todo gracias a TikTok: las beige flags. Pero, ¿qué son? Son algo así como el bebé de la cesta de banderas. No son necesariamente agradables, pero tampoco peligrosas para la pareja. En realidad, se trata del comportamiento de la pareja, que no es tóxico, pero sí colosalmente molesto.
Un ejemplo concreto de las beige flags es cuando uno de los miembros tiene que levantarse a las seis AM entre semana, pero pone el primer despertador a las cinco para dormitar una hora más a intervalos de diez minutos. Y todo esto mientras su pareja interrumpe su descanso. Evidentemente, esto significaría un problema que, aunque podría ser inofensivo, a la larga puede ser determinante y desencadenar otros conflictos.
Es decir, se trata de hábitos o manías bastante inofensivas, como decía mi abuela. Sin embargo, también pueden ser una prueba para las relaciones amorosas o de amistad. Es como lo de la pasta de dientes que una persona cierra y la otra no. Dependiendo de tu nivel de estrés y resistencia, una bandera beige como esa puede ser realmente agotadora. Y también puede dar lugar a discusiones e incluso discusiones.
¿Tu pareja te estresa o eres infeliz en general?
En una relación sana, debería ser posible resolver estas cuestiones. Pero si las beige flags de tu pareja están empezando a ponerte contra la pared —por ejemplo, que provoque que continuamente estás esperando a que ella empiece a comportarse de forma extraña de nuevo— algo podría estar mal. Entonces deberías preguntarte si realmente sigues siendo feliz con tu pareja. Porque ya no puedes reírte de costumbres tontas más bien triviales, incluso podrían avergonzarte.
En tal caso, te recomiendo que primero te escuches a ti mismo. ¿Es realmente tu pareja quien te estresa o eres infeliz en general? Si es lo primero, aborda el problema. No bromees, pero demuestra que estás hablando en serio y sí, tiene que ser incómodo, sin embargo, la idea es intentar llegar a un acuerdo de pareja.
También puede ocurrir que simplemente pases por alto las manías de la otra persona. Nadie es perfecto. Y después de todo, tu persona también tiene que lidiar con tus beige flags.
