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Implosión humana

Oscar Esquivel | 30/06/2023 | 04:55

El hombre por naturaleza es curioso, le gusta investigar de que están compuestas las cosas, más allá del horizonte, si el sol calienta el mar, la luna lo eleva, la aventura es algo que atrae, comúnmente no la buscamos,  se atraviesa en el  momento precisos, es algo que nos escoge como si el tiempo lo marcara, la aventura es una droga de curiosidad se busca con frecuencia y cada vez, se quiere adentrarse a lo desconocido, a lo raro, buscamos sentir miedo, para después al pasar la aventura, elcombustiblede la adrenalina, disminuye logrando una sensación de euforia para después la paz interior llegue a nosotros;  ya vimos y observamos lo que otros no podrán ver si no se aventuran en los mares, en los bosques, en todo aquello que ponemos cierto riesgo de por medio. La aventura es buscar lo incierto, “hasta la muerte es una aventura” diría Aristóteles, púes no sabemos que se siente morir, si en ese trance encontraremos una aventura sin fin, que no podremos contar, tal vez sea hermosos o profundamente dolorosos.
 
Titán por fin rescatado, el submarino de Ocean Gate fue sacado de las profundidades del mar en cinco pedazos, el mismo número de tripulantes, algunos restos de ellos se encontraron entre hierros retorcidos, sin forma ni estructura, implosionaron al ir bajando en las frías aguas del pacifico norte, testigo mudo de la tragedia, una que quizá será contada por Hollywood seguramente, por un director como James Cameron que ha sabido hacer cultura antropológica de los restos del Titánic.  La exploración submarina turística, siempre fue catalogada como de alto riesgo, un submarino de poca confianza, esto no le importo a un multimillonario que por el solo hecho de serlo, violaba constantemente las reglas de seguridad denunciada por sus propios empleados, el estar en aguas internacionales le permitía primero, cobrar 250 mil dólares por pasajero, libre de impuestos y evitar el ser sometido a cualquier ley o reglamentos internacionales, a nadie se sometía, solo a las ganancias.  
 
En algún lugar de estos ¿habría alguien sensato? A los multimillonarios parece que no, el lucro por un lado y el glamur por el otro, el afán de aventurarse a donde solo los privilegiados pueden acceder, solopor el gusto deobservar por una ventanilla de apenas unos centímetros de diámetro o atreves de un apantalla, los restos de un barco que se hundió porla negligencia del capitán, muriendo miles de hombres y mujeres, principalmente de tercera clase o sea pobres, paradójicamente eran migrantes que dirigían a los Estados Unidos. Dirían algunos analistas, que el capitalismo se volcó a rescatar a 5 miembros distinguidos de su elite, pertenecientes al mundo del los 2650 mas ricos del planeta, sus fortunas prácticamente hacen de la economía un juego de ajedrez.En medio de una propaganda del “mundo libre” la marina más poderosa del mundo se movilizo sin éxito, losdesafortunados fuerona asegurarse que el Titánic realmente era el símbolo del derroche de lujo de la época, orgullo del capitalismo naciente, mismo que hoy para desgracia a ellos los sepulto.
 
Cuatro días atrás, casi al mismo tiempo,migrantes de África y Asia, cruzaban comoindocumentadas aguas del Mediterráneo para llegar a Europa, en litorales de Grecia un barco atiborrado como sardinas, 700 personas entre ellos 100 niños se hundió, ante la nula intervención de los Guarda Costas griegos, saldo 50 niños muertos 28 adultos y 100 desaparecidos. 
 
El mundo del dinero los llama, héroes del Titán, 10 barcos, 20 millones de dólares para el rescate, movilización televisada para asegurar la audiencia de millones, con sus respectivos patrocinadores claro está, se hablaba de implosión, palabra poco entendida, ahora, hasta en el jardín de niños la enseñan. 
 
Dos tragedias, una realidad, justo y a la orden, la cobertura de las dos tragedias marítimas de parte de las televisoras principalmente, es diametralmente opuestas, una hace que el publico sienta empatía ciega por los empleadores dueños de grandes empresas y corporaciones, por otro lado, los pobres envueltos en el drama de la migración son solo eso, desposeídos que se arriesgan y pierden, en esta ocasión lo único que les quedaba, la vida misma.    
 
El capital hace figuras públicas, son protagonistas, aun al final de los días y en los anales de la historia estarán escritos sus nombres, en cambio el sujeto anónimo “quedará relegado a los márgenes de la historia humana”por ello “la prensa ciertamente tiene que dar un paso atrás y preguntarse qué historias quiere contar y qué trata como si fuera de interés o no"PriyamvadaGopal
 
La normalización de la muerte de miles de migrantes al cruzar su frontera y adentrarse a lo desconocido, se convierte en automático en un ser anónimo, sin rostro, donde la historia de su vida pudiera ser insignificante, existen críticos anti migrantes que afirman son ellos los culpables de su pobreza, cuando buscan el sustento, se convierten en “vulgares codiciosos”.
 
En algo se coincide, el mar es peligroso, uno busca aventurarse para conocer sus misterios, no importa lo costoso ni peligroso que sea si se tienen los recursos económicos, el tiempo y cubre las expectativas turísticas, entonces la aventura es para ellos, mientras otros se aventuran en el mar, para lograr una mejor vida, para sus familias y evitar en el futuro una implosión que los haga mas pobres de lo que ya son.
 
Nos vemos pronto.
Oscar Esquivel