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DE TAYLOR A SUS SWIFTIES...

¿Por qué las personas llegan a amar tanto a quienes admiran y cómo influyen las redes sociales?

Los fandoms no son nada nuevo. Desde el momento en que existen el arte y el deporte, y personas que sobresalen en ellos, también existen personas que admiran sus logros, su personalidad, su forma de vestir y sus éxitos, pero no podemos negar que esto se ha visto exponenciado a grandes proporciones desde la llegada de las redes sociales.

Anteriormente, los fans conocían de quienes admiraban, solo lo que llegaba a ellos a través de las revistas y la televisión, el contacto entre artista  y fanático no era de primera manos sino que siempre requería de la participación de un intermediario. Las redes sociales propiciaron que el contacto entre ambos se volviera directo, lo que trajo muchas ventajas, pero también desventajas.

Los seguidores en la actualidad se sienten no solo cercanos, sino partícipes de la vida de las personas a las que admiran, la cercanía ha provocado que se sientan con el derecho de incidir en sus decisiones personales. A esto se le llama “relación parasocial”.

A pesar de que pueda parecer un tema muy actual, lo cierto es que la primera vez que se habló de este tipo de relaciones fue en 1956, por los autores Horton Donald y Richard Wohl. Las relaciones parasociales son relaciones unilaterales, donde una persona extiende energía emocional, interés y tiempo, y la otra parte es completamente inconsciente de la existencia del otro.

Las interacciones en redes sociales se han vuelto el epítome de este tipo de vínculos, ya que el hecho de que permitan a las figuras públicas compartir tantas experiencias, provoca que sus seguidores desarrollen una intimidad y una sensación de amistad que les permite sentirse conocidos y comprendidos.

Un ejemplo claro de este tipo de sucesos en redes sociales son “los Swifties”, como se les conoce a los seguidores de la famosa cantante estadounidense, Taylor Swift. Los fanáticos viven cada suceso de su vida, incluso sus relaciones románticas, como si fueran propias. El hecho de que Swift comparta detalles de sus relaciones amorosas a través de sus canciones y mantenga un alto nivel de interacción con sus seguidores en redes sociales, la ha colocado en varias ocasiones en una situación complicada.

Swift ha sido receptora de gran cariño y respaldo de sus seguidores cuando actúa de formas que su fandom considera “correctas”, e incluso ha sido víctima de cancelaciones cuando no están de acuerdo con la forma en que ella maneja, incluso, sus vínculos afectivos. Tal ha sido el caso de la reciente y efímera relación con Matty Heafy, vocalista de The 1975, que ya había sido cancelado por emitir declaraciones racistas y sexistas, lo que provocó molestia entre los fanáticos de Taylor, que incluso afirmaban que estaba a punto de arruinar la reputación, “que tanto le había costado crear”, por su cercanía con Heafy.

A la luz de este ejemplo, ¿son peligrosas las interacciones de este tipo?

Pueden serlo y no. En el caso de las relaciones parasociales que se establecen en redes sociales, la clave está en tener claridad sobre las “políticas de vinculación”, es decir, entender que la reciprocidad no es forzosa.

En el ámbito positivo, los expertos aseguran que establecer este tipo de relaciones es normal y que la mayoría de los usuarios en redes sociales lo hacen, incluso pueden tener un impacto positivo en la autoestima y habilidades comunicativas de las personas. Sin embargo, debe entenderse que este tipo de relaciones complementan y no sustituyen a las relaciones y necesidades sociales de las personas en la vida real.

En cuánto a las desventajas, las redes sociales ejercen un gran peso sobre las personas, en ocasiones anteriores hemos comentado incluso, que la mayoría de los individuos pasamos prácticamente el mismo tiempo interactuando en plataformas digitales (si incluimos dark social como las aplicaciones de mensajería) que en la vida real, lo que nos hace muy susceptibles.

El hecho de que las figuras públicas compartan imágenes y videos que revelen sus sentimientos, como por ejemplo, fotografías llorando, genera un nivel de empatía en el que el cerebro percibe que, quien está en la pantalla nos está hablando a nosotros, nos conoce, es consciente de que le estamos prestando atención e, incluso, desarrollemos empatía y sentimientos de atracción.

Esto puede no suponer mayor problema, pero si esto empieza a generar que se piense más de la cuenta en la persona y situaciones que vive, así como cuestionamientos de la propia realidad, obsesión y desvinculación de la vida social real, es el momento de encender las alarmas.

En conclusión, las redes sociales  definitivamente han fomentado el fortalecimiento de las relaciones unilaterales en la sociedad actual, lo cual puede ser total y completamente saludable, siempre que no se pierda la perspectiva de lo que es una relación real y no afecte nuestra capacidad para relacionarnos con otras personas fuera del mundo digital. ¿Tú qué piensas sobre estas formas de interacción?

Fuentes: : Caro Castaño, L. (2015): Relaciones e interacciones parasociales en redes sociales digitales. Una revisión conceptual, Icono 14, volumen (13), pp. 23-47. doi: 10.7195/ri14.v13i2.853/ Giles, D. C., and Maltby, J. (2004). The role of media figures in adolescent development: relations between autonomy, attachment, and interest in celebrities. Pers. Individ. Differ. 36, 813–822. doi: 10.1016/S0191-8869(03)00154-5 / Horton, D., and Wohl, R. R. (1956). Mass communication and para-social interaction. Psychiatry 19, 215–229. https://psycnet.apa.org/record/1957-06011-001

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