Miércoles 1 de Mayo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

El balance de la jornada electoral

José Luis Solís Barragán | 10/06/2023 | 10:39

 

La jornada electoral del domingo pasado fue sin duda la aduana que se debía cruzar previo a la sucesión presidencial, algunos la señalaron como la batalla “maestra”, y para otros sólo es un escalón más rumbo al 2024, pero si importar esa visión, la realidad es que el clima político a partir de ese día empieza a calentarse.

Este proceso electoral que concluye es sin duda un momento crucial para hacer un balance, tratar de dilucidar cuestiones relativas a la intromisión de las autoridades locales y/o federales, de los delitos electorales perpetrados por los partidos políticos y que fueron exhibidos en los medios de comunicación; y quizás la más importante es la baja participación ciudadana.

Pasan los días y escuchamos un animo festivo por parte de los dirigentes partidistas, todos asumen que tienen razones para celebrar y en consecuencia comienzan los preparativos para la elección presidencial, ¿Pero realmente ese ánimo festivo tiene una razón de ser?

Sin duda alguna MORENA celebra el rompimiento de la hegemonía priista en el EDOMEX, logra arrebatarle al PRI lo que por años fue la joya de su corona y sin duda alguna dinamita aquellos salvavidas que seguía dando un peso al viejo partido de Estado.

Lo malo de la celebración guinda, es que sus partidos comparsa muestran su valía ante un triunfo nada cercano a sus presunciones de holgura, el PVEM y el PT pueden subir el costo de su apoyo, ya que una ruptura de la coalición podría poner freno a la locomotora que hoy se asume como imparable.

Para la alianza Va por México no hay razones para celebrar, las cifras alegres que se aferran a presentar no tienen un sustento lógico-racional, se jactan que retener Coahuila, mismo que representa una mínima parte frente al Estado perdido, señalan que con sus números son competitivos (la suma de los votos en ambas Entidades Federativas), pero pierden de vista que, al perder EDOMEX, se acaba la posibilidad de aceitar una maquinaria que funciona por la cercanía del Partido y el Gobierno.

El pretender celebrar que la derrota no fuera tan aplastante, es algo inverosímil de creer, dado que es claro que ni con el discurso de incentivar a la ciudadanía a votar, lograron convencer ya no como una opción de gobierno, sino como una alternativa para evitar lo que ellos mismos denominaron: “la destrucción”.

La coalición va por México demuestra una vez más que a nivel local no es funcional, los números no justifican el ir en alianza, pero a nivel nacional la perspectiva puede ser diferente, sin embargo, para llegar a ese punto, se requiere un proceso de maduración, al que no piensan llegar.

Ambas coaliciones ya han abierto sus cartas rumbo a la elección presidencial, mientras MORENA de la mano de López Obrador empiezan a perfilar el proceso interno, la Alianza va por México sin una reflexión previa, decide comprometerse sin miramientos para el 2024.

Qué difícil es entender que ni todo se ganó, ni todo se perdió, MORENA comenzará la unidad bajo la premisa de Oscar Chávez: “elegido por la fuerza y votado por el pueblo”, mientras Va por México no tiene ni la capacidad de construir una alternativa competitiva.

Ante una partidocracia, esperaríamos encontrar fortaleza en la ciudadanía, pero en nuestro país, el ciudadano no logra encontrar coincidencia, ni compromiso para cumplir con su deber democrático, el ciudadano prefiere no acudir a la urna porque no siente simpatía, confianza, ni representatividad en ninguna opción, por lo que el ciudadano asume que puede dejar su responsabilidad a otros.

El abalance real es que el ciudadano sigue sin sentir interés por las elecciones y ello sólo nos recuerda a Rousseau “Cuando el ciudadano dice de la cosa pública ¿Qué me importa?, el Estado esta próximo a su ruina”.

Si el 2023 fue la antesala del 2024 y los resultados serán similares, pobre ciudadano que seguirá sin encontrar en las elecciones un cause para comprometerse con su país.