“El Papa está muy bien, despierto y hablando. Se le puso una malla protectora en el abdomen”, explicó Sergio Alfieri, el médico que lo operó. Según precisó, la malla sirve “para terminar de cerrar así la herida provocada con la intervención de 2021 y que ponía en riesgo una complicación a nivel intestinal”.
Las mallas son prótesis sintéticas que se utilizan en las intervenciones para el tratamiento de las hernias. Su función es la de reparar un defecto u agujero en la pared abdominal y reforzarla.
Hay que recordar que el Papa fue operado en julio de 2021 de una diverticulitis por la que le extirparon 33 centímetros de intestino a causa de una “estenosis diverticular sintomática de colon”, que lo tuvo internado 10 días. A inicios de este año, había afirmado en declaraciones a la prensa que la diverticulitis había regresado pero estaba “controlada”.
El gastroenterólogo Luis Caro, director de Endoscopía Digestiva de la Universidad de Buenos Aires explicó: “En la pared del abdomen se genera, en algunas ocasiones, lo que se llama hernia que puede ser umbilical o inguinal. La hernia es una pérdida de domicilio de alguna víscera abdominal, en este caso, el intestino. Esto significa que, por algún motivo, se debilita la pared (la parte muscular) y entonces el intestino empieza a ejercer presión y trata de traccionar para salir y exteriorizarse, como una prominencia de la superficie abdominal”.
Pero obviamente el intestino permanece cubierto tanto por la piel como el tejido celular subcutáneo, lo que actúa como contención para las vísceras del abdomen. “Muchos pacientes tienen hernia pero no tienen necesidad de cirugía porque no hay ninguna complicación —señaló el doctor Caro—. Las complicaciones de una hernia consisten en el dolor constante que ocurre cada vez que la víscera intenta salir por entremedio del músculo. Eso ocurre cuando se hizo más grande el orificio, es decir que la puerta de salida por entre los músculos es más complaciente.
Si el problema no se trata, “se corre riesgo de que la víscera una vez que salió se pueda edematizar, se pueda hinchar y entonces, llegado a este término la víscera ya no puede regresar a su domicilio habitual intra abdominal. Cuando esto se produce, el dolor es intensísimo y la cirugía se impone de manera urgente”, completó Caro.
En estos casos, la urgencia de la intervención quirúrgica se debe a que “la hernia se necrosa por falta de oxigenación. En este caso, cuando la cirugía es programada, significa que el paciente ha venido teniendo molestias y dolores intermitentes y seguramente en una consulta médica que (el Papa) pudo haber tenido ayer, se decidió la intervención”.
Según el doctor Caro, la programación de la intervención de manera urgente es para prevenir un escenario más complejo, como un dolor muy agudo durante un viaje y que se tenga que hacer una cirugía de urgencia y no programada. La intervención quirúrgica consiste en “retirar la víscera, si es que está en la hernia, y si no está lo que se hace a continuación, es cerrar ese orificio y se coloca una malla que se llama de Marlex como contención para que no se vuelva a debilitar la zona”.