Martes 16 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Marcelo tiene la palabra

Jorge Armendáriz Gallardo | 06/06/2023 | 01:18

Este fin de semana se realizaron las elecciones en el Estado de México y Coahuila, proceso que calienta el escenario de la sucesión Presidencial, que se llevará a cabo el 2 de junio de 2024.

 

Esta jornada cívica del pasado domingo nos quedó nuevamente a deber, pues la participación de los ciudadanos fue del 49.88% en el Estado de México y 55.91 % en Coahuila, números que nos dan malos augurios y sobre todo ponen a las elecciones en una posición de debilidad, por la facilidad que esto da que a la operación política imponga su voluntad, ante la apatía de los ciudadanos, apatía que tiende a crecer como “circulo vicioso”.

 

Principalmente porque todos los días, el tema electoral es parte de las mañaneras y su anticipación cronológica en la agenda, sin duda desanima mucho al electorado.

 

Los mexicanos queremos ver a un mandatario trabajando, en los problemas del país (que no son pocos) más allá de ver a un presiente, que sigue montado en su discurso de disputas políticas y división entre los ciudadanos, como una permanente campaña electoral.

 

Las campañas electorales son un mal necesario, en el sistema político en cualquier país, temporada de diferencias y encono que dividen hasta a las familias, traer esto a una receta diaria, no ha sido la mejor decisión.

 

Los números de la participación en la votación, nos dice que más allá de generar interés en participar, los ciudadanos se alejan de esta importante jornada cívica.

 

Los resultados ya habían sido cantados, mientras en Coahuila los votantes le dieron un “No” al partido del presidente, seguramente por el buen trabajo del actual Gobernador Miguel Riquelme, quien se encuentra en el Top 5 de los gobernadores mejores calificados, además de su cercanía con la pujante zona metropolitana de Monterrey, zonas del país que comúnmente rechazan los proyectos populistas.

La gente del norte es trabajadora, no busca dadivas de sus gobernantes, si no resultados.

 

En el Estado de México la historia fue diferente, después de varias décadas termino el dominio priista del “Grupo Atlacomulco”, que le dio a los mexiquenses, marginación, corrupción ilimitada y desatención a problemas más sensibles, como la inseguridad que se encuentra desmedida, Morena se impuso esta vez con una candidata muy cercana al presidente López Obrador.

 

Estos resultados homologan la masa electoral más grande de México, en favor de Morena; en el ajedrez político esta jugada le da al presidente los “cotos electorales” más grandes del país, la Ciudad y el Estado de México.

 

Situación que da fuerza a su “cantada decisión” de imponer a su candidata preferida Claudia Sheinbaum, para ser la abanderada de Morena en el 2024, acción que descartaría el apoyo a Marcelo Ebrard, quien cuenta con mucha aceptación en el electorado y un perfil que es aceptado por votantes, tanto del PRI como del PAN y no es mal visto por el dueño de MC Dante Delgado.

 

Aun cuando MC tienen el corral “lleno de gallos” para la Presidencial del 2024, no cuenta con la estructura para ganar solo una elección presidencial, mientras que el PRI y PAN tienen la estructura para hacerlo, pero su “caballada esta flaca” muy flaca.

Lo que suceda en estos días que siguen, serán de gran importancia para la integración de la boleta electoral del 2024.

 

En el entendido que la encuesta de Morena, es solo una figura que esconde el “dedazo presidencial”, la decisión de López Obrador cambiara las estrategias de todos los partidos, de quienes serán las o los candidatos.

 

Pareciera que Marcelo Ebrard tenía el aval presidencial para ser el candidato en 2024, pues además que se la debía el presidente en 2012, tenía una gran aceptación popular en todo el país, pero en el camino López Obrador se dio cuenta que no podría alcanzar la 4a trasformación y todas sus promesas electorales en solo 6 años, por lo que necesitaba un perfil “incondicional” para concluirlo, es por eso que pensó en Claudia Sheinbaum.

 

En caso de ser ignorado por el presidente López Obrador, Marcelo Ebrard tendrá la palabra para ponerle “sabor al caldo” en la elección 2024, al ser el candidato a la Presidencia por otra fuerza política diferente a Morena, pues su carrera habría terminado como Canciller y de esta manera se jugaría su última carta y de paso le pondría gran interés, interés que sería un imán para los votantes, factor de suspenso que los mexicanos siempre buscamos en los procesos electorales, en un país donde la política es deporte nacional.

 

Hagamos juntos la Diferencia

Jorge Armendáriz Gallardo