Obra pública, la marca del gobierno de Gallardo

DESDE EL SEXENIO DEL PROFESOR Carlos Jonguitud Barrios no se habían realizado tantas obras públicas como ahora con el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, prácticamente todas las semanas da el banderazo de distintas tipos de obra o se concluyen y las entrega a la población de las cuatro zonas del estado.

REHABILITACIÓN DE VIALIDADES primarias, pavimentaciones en colonias populares, con redes de agua y drenaje, alumbrado led, bulevares, reconstrucción de caminos y carreteras estatales, puentes vehiculares, jardines de niños, escuelas primarias y secundarias, la red de parques en los principales municipios, centros de salud; rescate de presas, construcción de bordos y otras obras hidráulicas, centrales policiacas de cómputo e inteligencia y se rehabilitó la Fenapo, son algunos de los ejemplos concretos de que el gobierno gallardista está transformando la entidad.

CON LA REACTIVACIÓN DE LA OBRA pública por este gobierno, no solo se ha contribuido a colocar al estado entre los primeros lugares del país en cuanto a la modernización de la infraestructura, lo que se traduce en más movilidad, seguridad y atracción de inversiones, sino que también se terminó de superar los estragos económicos causados por la pandemia, porque la industria de la construcción impacta de manera positiva en los demás ramos económicos, se generan más empleos y el consumo de bienes y servicios.

LOS ANTERIORES GOBIERNOS realizaron poca obra pública y se fue acumulando un rezago grave de varias décadas en cuanto a infraestructura urbana y rural, esos gobiernos prometieron muchos proyectos y no los hicieron, y cuando iniciaron algunos como la presa La Maroma o la Red Metro, resultaron un fiasco y no se concretaron porque los recursos se aplicaron mal y se esfumaron.

APENAS SE VAN A CUMPLIR DOS años del sexenio gallardista y se puede afirmar que ya se superó lo que hicieron las dos últimas administraciones, porque el actual gobierno sí ejecuta los proyectos prometidos o anunciados, y otros que surgieron sobre la marcha y se justificó su utilidad.

ESTO HA SIDO POSIBLE POR LA sencilla razón de que el presupuesto estatal sí se aplica en beneficio de las y los potosinos, no se “calienta” en los bancos para generar intereses, como era la costumbre y su destino final un misterio, no se pierde en intricadas redes y cuentas bancarias de funcionarios o testaferros.

EL MANEJO EFICIENTE DE LOS recursos, sumados a la recaudación propia de ingresos con una tendencia sostenida de crecimiento, permite realizar más obras, como es el caso de la Arena Potosí que está en proceso y se espera concluir a fin de año, vendrá a detonar la presentación de espectáculos de diverso tipo, generando empleos, turismo y una derrama económica importante.

HAY UNAS VOCES DE LA oposición y plumas que no quieren ver lo evidente, la numerosa obra pública en toda la entidad, y se dedican a criticar en un tono de amargura y frustración, les molesta que después de muchos años el gobierno estatal sea el motor del cambio y la modernidad, estaban en su zona de confort mientras la mayoría de la población no recibía los beneficios del presupuesto que se forma en gran parte con el pago de los impuestos.

ESOS CRÍTICOS DE MIRADA borrosa fueron beneficiarios en distintos grados y niveles de la parálisis que se impuso en varios sexenios, de la distorsión de la función pública, de la nómina convertida en agencia familiar y la falta de obra por el saqueo del presupuesto para fines personales y de minorías, entonces guardaron silencio, no dijeron nada y ahora que hay obras en una cantidad abundante, se hacen los indignados, lo cierto es que les gana la nostalgia y el dolor por los privilegios perdidos.