MARISOL NO ES UNA HEROÍNA

MARISOL NO ES UNA HEROÍNA

Algunos medios informativos nos quieren vender la imagen de una muchacha de 20 años, casada, madre de un niño y estudiante de Criminología que tras pensarlo durante un mes aceptó el puesto de directora de Seguridad Pública de Guadalupe, distrito Bravo, perteneciente al municipio de Práxedis Guerrero. Es un pueblecito de 3,400 habitantes ubicado cerca de Ciudad Juárez y donde los dos últimos ocupantes del cargo han sido muertos a balazos presuntamente por miembros de la delincuencia organizada. Esos medios sugieren que Marisol Valle García es una heroína.

Otros comentaristas la califican de inconsciente, suicida o temeraria. En ningún caso aciertan.

La aceptación de la jovencita, llamada Marisol Valle García, es el resultado de un concienzudo examen de la realidad que la circunda. Su esposo debe tener la misma edad o, quizá es un año mayor; es decir, a esa edad un varón es nada más un monigote respecto de su esposa, especialmente en el caso de Marisol, voluntariosa y de espíritu independiente, quien ha declarado que cuenta con el apoyo de sus papás.

Marisol tiene muy clara conciencia del papel que va a desempeñar, pues en su primera entrevista con medios de comunicación declaró que su proyecto de trabajo es el de hacer conciencia entre la población sobre la necesidad de trabajar juntos para devolver a esa zona la tranquilidad y la paz, y dejó bien claro que “la encomienda no es el combate al narcotráfico, ya que esa es responsabilidad de otras instancias de gobierno”, según lo consignó en su oportunidad la agencia Notimex.

Restringe su posición a los límites de la demarcación  municipal que le corresponde y sostiene que su labor es exclusivamente de vigilancia y prevención. No podría ir más allá con trece elementos, nueve de ellos mujeres, cuatro armas y una patrulla. Es más inteligente y poseedora de sentido común que temeraria, sin negarle la virtud de ser valiente.