Los destellos de luz que aparecen en el cielo de los polos norte y sur de la tierra son conocidos como auroras y tiñen la noche de velos brillantes en tonalidades rojas, azules, verdes e incluso violetas, indica la ESA en un artículo sobre auroras extraterrestres, en Urano. Las auroras del polo norte, son llamadas auroras boreales, y las auroras del polo sur se llaman auroras australes.
La luz de las auroras se produce a unos 100 kilómetros de altura del suelo, en una región de la capa atmosférica llamada “termósfera” que se extiende hasta 600 kilómetros más hacia arriba, indica la Agencia Espacial Norteamericana NASA. En esta capa también habitan los satélites espaciales puestos en órbita por diferentes agencias astronómicas.
El efecto meteorológico se hace por las corrientes de partículas atómicas cargadas eléctricamente provenientes del Sol que, una vez expulsadas, se acercan a la órbita terrestre hasta chocar con la capa superior de la atmósfera a una altitud de varios cientos de kilómetros, indica ESA.
Estas partículas interactúan con los átomos y moléculas presentes en el límite de la atmósfera, principalmente oxígeno e hidrógeno, emitiendo los fotones cuyo color dependerá del elemento químico presente: verde y rojo oxígeno, azul y violeta nitrógeno. Además, “Las auroras tienden a reflejarse: cuando brillan en el polo norte, también lo hacen en el polo sur”, concluye.
A pesar de la majestuosidad de las auroras en el firmamento de la tierra, la energía emanada por el Sol puede presentar un peligro. La energía de las tormentas solares puede dañar tendidos eléctricos y sistemas de comunicación, satélites en actividad que orbitan alrededor de la Tierra e incluso la Estación Espacial Internacional.