Seguramente no quieres convertirte en una pareja tóxica, y eso es porque todos sabemos que las personas tóxicas pueden ser sumamente destructivas y dañinas para los demás, y que eso impide que las relaciones duren, que sean saludables y que puedan llegar a ser más duraderas.
Las relaciones tóxicas se pueden dar en todos los niveles, pueden ser en la familia o en el trabajo, pero es más común que pasen cuando se trata de relaciones románticas y de pareja, y la psicología ha determinado que, incluso ahí, pueden ser uno de los factores que destruyen la felicidad, la productividad y muchas otras cosas más.
Tener una pareja tóxica es agotador física y mentalmente, así que no solo hay que aprender a identificar focos rojos para evitarlas, sino que también es importante que todos hagamos un esfuerzo real y consciente para no ser el factor tóxico en la vida de alguien más (pensando en que también recibimos lo que damos).
La buena noticia es que nadie nace siendo tóxico o está condenado a serlo por el resto de su vida, y en realidad hay cosas que se pueden hacer para evitar la toxicidad (que es un punto muy importante que lleva a muchos a renunciar a sus relaciones sin voltear atrás).
Cómo evitar convertirte en una pareja tóxica
Aprender a comunicar y a escuchar
Un elemento muy importante en las relaciones es la comunicación. Los humanos no tenemos la habilidad de leer mentes, y probablemente nunca vamos a tenerla, y es por esto que es importante demostrarle a los demás que hay espacio para que hablen, se expresen, cuenten sus dudas, inseguridades, planes y sueños, y también para poder “pelear” de manera constructiva y descubrir qué es lo que necesita trabajarse en la relación.
Por otro lado, saber escuchar también es parte de la comunicación, ya que es lo que nos ayuda a entender qué es lo que la otra persona quiere y siente, cómo afectamos a los demás para bien o para mal, o incluso qué es lo que podríamos trabajar o cambiar para mejorar la situación.
Establecer límites claros
Hay que tener límites para todo, eso es lo que permite tener un buen balance en la vida y evita que pasen cosas en la relación que no son tan buenas o que hacen que alguien se sienta incómodo. Hay que tener límites sobre la privacidad, lo que se comparte o no, sobre los gastos que se hacen juntos, y sobre cada elemento que puede afectar a la relación y a las personas involucradas.
El punto es crear un vínculo, pero sin perder la individualidad, el poder de decisión, la voz y el espacio personal, que también se necesita para que la relación no se vuelva codependiente o abrumadora.
Dar y recibir respeto
Hay cosas que no se van a dar simplemente porque existes en el mundo, cosas como la confianza, el respeto, la comunicación y hasta el amor se tienen que trabajar, y la mejor manera de conseguir esto es demostrando que estás dispuesto a darlo por las demás personas.
No puede haber una relación sin respeto, pero se va a dar solo porque se quiere, eso hay que ganárselo, actuando hacia los demás como nos gustaría que ellos actúen hacia nosotros.
Trabajar en la confianza
Los celos son una de las principales señales de falta de confianza en una relación, y esta no es una señal de que alguien ama a otra persona, sino de que tiene problemas, experiencias previas o incluso traumas que impiden confiar en los demás, y eso evita que pueda existir una buena dinámica en la relación y que el vínculo se fortalezca.
Trabajar en ti mismo
El amor propio es esencial para que puedas querer o amar a otras personas, y hacerlo de manera correcta, es por esto que, para poder ser una buena pareja, necesitas trabajar en ti mismo, en tus inseguridades, tus problemas personales y en sanar de las malas experiencias que viviste y que pueden afectar la manera en la que abordas nuevas relaciones.
Esto puedes hacerlo con la ayuda de un terapeuta, o buscando herramientas y métodos que te ayuden a ser una mejor persona y a tener más seguridad en ti mismo.
