Así afecta a tu salud el uso de baños públicos

Los baños públicos no siempre cubren nuestras necesidades. Hoy sabemos que afectan diferentes aspectos de nuestra vida. En especial a personas que, por trastornos de salud, dependen de ellos.

 Las consecuencias de no darle la importancia que realmente tienen es su paulatina desaparición y el descuido continuo de su limpieza. A veces se encuentran en condiciones realmente deplorables.

Existe una relación entre esos eventos negativos y el descenso de calidad de vida. Además, estas experiencias negativas suelen verse afectadas por la clase social: se producen con más frecuencia en personas con bajos ingresos económicos y menor nivel educativo.

La relación con los baños públicos está condicionada por el género: hubo más experiencias negativas por parte de mujeres que de hombres, quizá relacionado con necesidades diferentes que habitualmente no son tenidas en cuenta.

Esta carga es pesada para personas que no pueden posponer el uso del baño. Hay diversas dolencias que generan esta situación: enfermedades intestinales, urogenitales, efectos secundarios de medicaciones, etc. Y todas implican la dependencia de baños públicos.

Otro estudio muestra que podemos relacionar estas situaciones negativas con el aumento de la vergüenza relacionada con su dolencia. Esta vergüenza relativa a la propia enfermedad se relaciona con peores resultados de salud, ya que, se reduce la búsqueda de ayuda o apoyo.

Las personas trans y queer se enfrentan a dificultades para acceder al baño como consecuencia de la transfobia. Y se ha detectado una proliferación de problemas de urogenitales fruto de aguantar las ganas de ir al baño en el centro de trabajo.

Un sistema de baños públicos deficiente es una losa sobre los hombros de todos que puede afectar a la calidad de vida y la salud. Pero no todo está perdido: evaluar la situación y tomar consciencia del problema es el primer paso para un horizonte donde tengamos baños de calidad para todos, que respeten las necesidades de cada individuo.

Una cosa está clara: hay que hablar de baños públicos y dejarlo de hacer a escondidas. Debemos exigir nuestro derecho básico a no tener que esperar a llegar a casa para ir al baño.