Puedes creer que sabes escribir a mano porque, claro, te enseñaron desde muy pequeño. Porque eres capaz de tomar un lápiz o un bolígrafo entre tus dados, entiendes cómo es que funciona una libreta o un trozo de papel, y conoces, si no a profundidad, bastante de las bases en ortografía y gramática para darte a entender.
Sin embargo, ¿esto quiere decir que dominas la escritura a mano? Por supuesto, esto es como andar en bicicleta; nunca se olvida y con los fundamentos clave somos capaces de seguir adelante. Pero escribir es un asunto serio que requiere práctica y perfeccionamiento con el tiempo.
Es importante colocar correctamente los dedos sobre el bolígrafo.
Debes sujetar el bolígrafo con el pulgar y el primer nudillo del dedo medio, a modo de “pellizco”. No con el pulgar e índice, como nos han enseñado a muchos.
Escribir requiere un movimiento fluido, sin levantar demasiado la mano.
No presiones demasiado.
Cuando escribes rápido, tu letra es menos legible porque no te tomas el tiempo para formar correctamente tus letras.
No corras; no hay prisa.
Practica en hojas cuadriculadas para que tu escritura en hojas blancas o rayadas sea mejor cuando lo necesites.
Escribir con diferentes tipos de bolígrafos produce resultados muy diferentes. ¿Recuerdas que de niño tenías lápices y bolígrafos favoritos? Eso dura toda la vida. Encuentra las herramientas adecuadas para ti y consérvelas.
Ejercitar tu motricidad fina es muy importante. Ponte creativo y haz manualidades. Eso procurará una mejor escritura, aunque no lo creas. Cortar, colorear, enhebrar, moldear, hacer un cuaderno de recortes, pintar, coser y cocinar ayudan más de lo que te imaginas.
Practica todos los días. Escribe para ti.
