Una mañana reciente y fría de mayo el médico boliviano Carlos Ortuño se subió a un pequeño automóvil eléctrico para ir a ver a una paciente en La Paz, inseguro de si el pequeño vehículo sería capaz de transitar por las empinadas y sinuosas calles de la ciudad.
“La diferencia con un coche a gasolina es abismal, es como si no tuviera motor, no se lo siente. Pensé que por la topografía iba a tener problemas, pero es un gran trepador”, relató el doctor a The Associated Press.
El Quantum que condujo por La Paz, emplazada en las pendientes de la cordillera de los Andes a 3,600 metros de altitud y cuyas calles serpentean las montañas, es uno de los seis de estos vehículos que utiliza el programa estatal “Médico en tu casa” inaugurado en abril.
“Es una idea pionera: proteger la salud de los más necesitados, el medioambiente y alentar a la industria nacional”, dijo el alcalde de La Paz, Iván Arias. “Es un coche ideal para llegar a lugares alejados, puede sortear el tráfico y por eso también lo usaremos para salir a vacunar contra el COVD-19”, agregó la secretaria de Salud del municipio, Fátima María Verduguez.
El alcalde prevé duplicar la flota el próximo año a medida que el programa se expanda a más barrios.
Hace cuatro años que el vehículo está en el mercado con sus dos modelos para tres pasajeros: un conductor y dos acompañantes que se acurrucan atrás. Puede recorrer 80 kilómetros antes de una recarga y su velocidad máxima es de 55 kilómetros por hora. Es el coche más económico del mercado con un precio promedio de 7,600 dólares y mientras está estacionado recarga sus baterías en un tomacorriente doméstico.
La empresa Quantum Motors comenzó fabricando carretillas eléctricas para la minería en 2016 en la ciudad de Cochabamba, en el centro del país, y un año después desarrolló los primeros prototipos de automóviles eléctricos que salieron en 2019 y que también se venden en Perú, Paraguay y próximamente en México.
“La electro movilidad va a reinar en el mundo los próximos años y será diferente en los países. En Estados Unidos dominarán los Tesla con autos de mayor velocidad y autonomía. En Latinoamérica serán coches más compactos porque nuestras calles se parecen más a las de Bombay y Nueva Delhi que a las de California”, dijo el gerente de la compañía, José Carlos Márquez. Entre sus productos también hay motos y bicicletas.
El año pasado la empresa creó su propia fábrica de baterías con litio boliviano. “Trabajando todos los días la batería dura tres años y vamos a poder recuperarlas y reciclarlas para que sigan trabajando con energía solar”, explicó el ingeniero en baterías Federico Irriberry.
Desde siempre Bolivia ha exportado materia prima, sobre todo minerales, y soñado con industrializarla para alcanzar el desarrollo. La última apuesta es el litio y las reservas bolivianas están entre las mayores del mundo.
Pero la explotación de este mineral todavía es un proyecto. El gobierno de Evo Morales (2006-2019) se planteó la meta de exportar baterías y automóviles eléctricos pero no encontró un socio extranjero para financiar su plan.
El actual mandatario Luis Arce se propone producir baterías eléctricas a partir de 2026 y para ello escogió al consorcio chino CBC (CATL BRUNP & CMOC), que instalará dos complejos industriales con tecnología de extracción directa de litio de salmueras.
Por ahora el país exporta carbonato de litio y cloruro de potasio, que en 2022 alcanzaron un valor de 80 millones de dólares.
“Será la era de la industrialización del litio, nos posesionaremos como un país referente”, dijo el mandatario izquierdista recientemente. Pero los expertos sostienen que Arce afronta múltiples retos políticos, sociales y económicos para sacar adelante su plan en un país que nacionalizó las empresas energéticas la pasada década.
Quantum ha venido a reflotar ese sueño, pero por ahora es un grano de arena en el desierto. El parque automotor es obsoleto, con coches a combustibles fósiles y sigue creciendo alentado por la gasolina que Bolivia importa para vender a mitad de precio a su mercado interno gracias a la aplicación de millonarios subsidios.
“Pueden ser más baratos (los Quantum), pero no creo que tengan la fuerza y la capacidad de un coche a gasolina. Además son pequeños, en cambio al auto de gasolina le puedes cargar más gente y llevar carga. Yo los prefiero”, dijo el mecánico Marco Antonio Rodríguez. Sin embargo, sostuvo que la preferencia de la gente podría cambiar “el día que el gobierno retire la subvención a la gasolina”.
Mientras tanto la pequeña fábrica de Quantum funciona a toda velocidad. “Estamos listos para escalar, nuestros clientes son los mejores embajadores de la marca, ya hemos agotado nuestro stock hasta julio”, afirmó Márquez.