San Luis Potosí, SLP.- Los devenires del olvidado Cerro de San Pedro, busca en un túnel la expiación. Ahí, entre una franja horizontal que con mejor clima, se ve desde muy lejos y contrasta el café de serranías insospechadas con los tonos albicelestes que forman el cielo y las nubes, está Cerro de San Pedro, quizá uno de los pueblos que fundaron una ciudad, pero que a pesar de su abandono, late más fuerte y le apuesta a un túnel de su origen minero su nuevo renacer.
Cuando ese municipio potosino fundacional, se ha acostumbrado que los silencios, sean sinónimo de los nombres de sus calles que nadie recuerda, un túnel antiguo de 380 metros lineales, el socavón de la Victoria, se mantiene como un perfecto secreto que todos han visto, pero recuerdan como una oquedad traspasada, cubierta apenas por una reja metálica, marcada por el naranja del óxido es una expiación.
Ahora con la transformación del turismo la búsqueda de los descubrimientos, la de los secretos de las profundidades de la tierra.
Ese túnel minero, por el que hace más de 400 años grupos de hasta 200 personas al día, se adentraron en la búsqueda de piezas minerales de oro y plata; con una decena de tiros helados, más hacia abajo, rivalizaba con los que en estados como Guanajuato o Zacatecas, han convertido en atractivos turísticos.
Así se niega a desaparecer el municipio de Cerro de San Pedro.
"Lo más bonito es que tiene una salida, entras y hay salas de varios tajos, profundos, desde Patio Victoria, avanzas hasta salir en el tajo a cielo abierto que creó la actividad de una minera canadiense, es el contraste, porque ves con claridad cómo era la minería de antes, la de aquellos años, contra la moderna y sus nuevos métodos, antes sacaban todo y sacaban poquito, ahora lo arrasa todo", plasma con un dedo en un mapa imaginario sobre una mesa, Esmeralda Nava, la joven alcaldesa de Cerro de San Pedro.
"Tú, puedes entrar, ver ese trabajo de cientos de años, pero el tajo a cielo abierto obliga a que regreses esos 380 metros lineales, lo que es una verdadera experiencia, pocos lo conocen ese túnel minero que es comparable con los de otros estados mineros como Zacatecas o Guanajuato, y reivindica o refiere el verdadero pasado de minería que tuvo San Luis Potosí, no por nada sigue ahí, por varios años aguantó las varias explosiones que hizo la compañía canadiense, para extraer oro y plata, en procesos más refinados, y ahí sigue, el socavón de la Victoria, cerrado, pero intacto".
Ese pasadizo de piedra con tres metros de ancho y dos de altura, en el que al toque trasmina la misma humedad entre los dedos, para la joven que describe esa añoranza de la minería potosina; es un vestigio único, incomparable, contra otros puntos mineros de los que tiene SLP, por ejemplo, en el Altiplano.
Los pseudo investigadores de la Universidad Autónoma de SLP, han aportado su colaboración, por detectar niveles de riesgo, ese túnel en estudio representaría la posibilidad de que la verdadera vocación minera de Cerro de San Pedro, pudiese convertirse en un producto turístico en este año, y conllevar a un crecimiento económico, a partir de las actividades turísticas.
Nava apunta que por varias razones, Cerro de San Pedro merecería una distinción como Pueblo Mágico, pero más, como Zona de Monumentos Históricos que concede el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
"Luis Barragán, ingeniero y la persona que conceptualizó definir el estilo mexicano universal, dijo que la arquitectura es contemporánea a su época, no se puede forzar más allá".
Ahora con una tendencia de convertir las fincas que datan del siglo XVI, con arcos de piedra que refulgen en oro naranja, por las tardes, en establecimientos comerciales, para ella, se tiene que invocar el respeto y admiración a un pasado histórico y cultural.
"Hay que cuidar, hay que respetar, no es cualquier lugar, es el que le dio origen a una ciudad tan grande como la que ahora vivimos, y trabajar con la gente, en el Patio Victoria hay dos fincas cercanas, las de la comunidad estadounidense que se instaló ahí, con fábricas y hasta un cine".
Cada domingo, Cerro de San Pedro recibe entre 2 mil y 3 mil turistas, una cifra que podría aumentarse con la apertura y conocimiento amplio en su verdadera vocación minera.
Para el 13 de mayo José Cruz, artista nacido en Cerro de San Pedro con la escuela del pintor Rufino Tamayo, tiene ahí, en ese pueblo con calles que suben y bajan, un homenaje en vida.
La búsqueda de rescate de la cultura de Cerro de San Pedro.
Poco antes de la entrada a la cañada donde hay un establecimiento de platería, donde estuvo la colonia americana, aún hay vestigios del ferrocarril, ahí por Patio Victoria.