El asma afecta los pulmones donde las vías respiratorias se estrechan e hinchan, causando dificultad para respirar, opresión en el pecho, tos, silbido (sibilancia) al exhalar y falta de aire.
El asma no tiene cura, sin embargo, sus síntomas pueden controlarse. Tampoco se conocen las causas que la provocan, sólo factores genéticos, ambientales y ocupacionales.
Los síntomas varían de persona a persona. Pueden presentarse constantemente o sólo en ciertos momentos. Los signos y síntomas del asma comprenden:
No hay evidencia del porqué algunos contraen asma; sin embargo, la combinación de distintos factores provoca que los signos y síntomas del asma se exacerben en ciertas situaciones como son:
Asma provocada por el ejercicio al aire libre: Además de la actividad física, esta puede empeorar con el aire frío y seco.
Asma ocupacional: Desencadenada por irritantes en el lugar de trabajo o profesión, como vapores químicos, gases o polvo.
Asma inducida por la alergia: Desencadenada por sustancias transportadas por el aire, como el polen, esporas de moho, residuos de cucarachas, partículas de piel y saliva seca derramada por los animales domésticos (conocida como caspa de mascotas).
Quienes la sufren son más vulnerables a factores externos como el clima, el polvo, el humo y sustancias químicas, entre otros. Mayoclinic enlista una serie de desencadenantes del asma, como la exposición a irritantes y sustancias que provocan alergias (alérgenos).
Un ataque de asma ocurre en las vías respiratorias, que funcionan como conductos que llevan el aire a los pulmones. Durante un ataque de asma, las paredes de las vías respiratorias en los pulmones se inflaman, haciéndolas más estrechas. Por lo que menos aire entra y sale de los pulmones, además de producirse mayor mucosidad, obstruyendo así las vías respiratorias.