Emisiones de los automóviles de gasolina en México.

De acuerdo con los datos del primer trimestre del año 2023 del INEGI, sabemos que el parque vehicular de nuestro país es de 48´481,347 millones de vehículos de motor registrados en circulación. 11´461,906 son camiones de uno, dos y tres ejes y los peligrosos tractocamiones de doble remolque, que son de cinco ejes. La cifra de camiones de pasajeros es de 992,132. Circulan en nuestro país 36´027,309 automóviles de 4, 6 y 8 cilindros además de las ruidosas motocicletas. Todos ellos utilizan combustibles fósiles sucios. En esta ocasión me referiré especialmente a las emisiones de automóviles que usan gasolinas. De acuerdo con la Comisión Reguladora de Energía (CRE) el número de gasolineras autorizadas que operan en México es de 12,746 estaciones de servicio, de acuerdo con su propio listado y corresponden tanto a las estaciones de servicio de Petróleos Mexicanos (Pemex) como de otras marcas como OxxoGas, Arco, Black Gold, British Petroleum, Chevron, Valero, Repsol, Costco, Masterfuel, Shell, Sunoco, RedCo, Total, Mobil, Ultraeco, Grupo Camborsa, Gaxo In, Gulf.

Tenemos dos gasolinas, la gasolina regular o denominada magna (verde) que tiene 87 octanos y la premium (roja) que tiene de 91 hasta 93 octanos. En ambos casos se les agrega metil terbutil éter (MTBE) un oxigenante para mejorar el octanaje en lugar del tetraetilo de plomo (aditivo antidetonante) que se agregaba a las gasolinas en los años 80s. Las emisiones de la combustión de estas gasolinas sucias contienen cuando menos 6 tipos de contaminantes además del vapor de agua. Las emisiones que nos afectan la salud son en primer lugar, de monóxido de carbono (CO) que es muy tóxico. De acuerdo con el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH: National Institute for Occupational Safety and Health - agencia federal estadounidense para la prevención de enfermedades) afirma que si permanecemos respirando una concentración de 1,200 ppm de CO durante 30 minutos, podemos morir. En segundo lugar, hidrocarburos crudos (que son tóxicos) que no se queman y son precursores de ozono (O3). En tercer lugar, partículas PM2.5 y PM10, que nos afectan los pulmones y pueden generarnos leucemia (cáncer de sangre). En cuarto lugar, óxidos de nitrógeno (NOx) que son tóxicos y son precursores de ozono (O3). El ozono es un potente oxidante que irrita las mucosas, los pulmones y reduce la función pulmonar. Quiero hacer énfasis en los avances de la toxicología ambiental, sobre todo en investigaciones de los últimos 10 años que nos revelan nuevos efectos a la salud del ozono troposférico (que se forma en las zonas metropolitanas e industriales de nuestro país). Una vez que las moléculas de 10 micras del ozono entran a nuestros pulmones, irritan las células neumocitas (que permiten el paso del oxígeno al torrente sanguíneo) que conforman los tejidos de las paredes pulmonares. Como respuesta se inflaman y secretan una hormona. Esta hormona llega al torrente sanguíneo y destruye la insulina causándonos diabetes tipo 2.

En quinto lugar, compuestos aromáticos que nos afectan el sistema nervioso y los riñones. En sexto lugar, dioxinas y furanos, que son las sustancias más tóxicas conocidas y que son  emitidas en la combustión de cualquier material o sustancia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) concluye que las emisiones de los automóviles son perjudiciales para nuestra salud. 8 millones de mexicanos padecen asma y 12 millones padecen insuficiencia renal. Por eso debemos verificar nuestros automóviles obligatoriamente y en cuanto podamos, todos deberemos usar automóviles híbridos o eléctricos.

*Carlos Alvarez Flores, Presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C. 

Experto en Gestión de Residuos y Cambio Climático

www.carlosalvarezflores.com y Twitter @calvarezflores