La inseguridad que se vive en estados del Bajío ha llevado a que las empresas que hacen nearshoring en esa región contemplen medidas adicionales para protegerse, lo que resulta en un gasto extra en sus presupuestos.
Una de las medidas más populares es la barda perimetral que se pone alrededor de las plantas, así como guardias de seguridad, que si bien en México no es del todo extraño, en sedes de otros países no son necesarios.
"Las fábricas de otras partes del mundo no tienen barda perimetral y para venir a México es forzoso; tú vas a la misma planta del corporativo en Estados Unidos o Europa y literal tu guardia es la persona de recepción", describió Rodrigo Arciniegas, director de Catch Consulting.
José Luis Calderón, presidente de la comisión de comunicación de la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP), dijo que otros elementos son la iluminación, cámaras de vigilancia, alarmas y protección ejecutiva como los escoltas o autos blindados.
En Guanajuato, los técnicos o personal operativo tienen ruta de transporte para salir de la planta y los trabajadores administrativos que salen en coche se van juntos en caravana; se prefiere terminar el trabajo pendiente en casa para no salir solos y tarde, con el fin de evitar que los bajen de sus autos, relató Arciniegas.
Incluso, algunas armadoras automotrices evitan que sus directores ejecutivos de todo el grupo vayan a las plantas de Guanajuato, agregó.
A nivel nacional, el 40 por ciento de las empresas encuestadas por la Cámara Americana de Comercio de México (Amcham, por su acrónimo en inglés) considera que la operación de sus empresas es insegura en términos de delincuencia y de éstas alrededor del 57 por ciento invierten entre 2 y 7 por ciento de su presupuesto anual en seguridad, informó Pedro Casas, vicepresidente ejecutivo y director general de Amcham.
"Las empresas toman el tema de la inseguridad como un impuesto adicional, el cual tienen que meter dentro de sus presupuestos y estructuras", afirmó Casas.
Agregó que los principales motivos de preocupación de las empresas es el robo al transporte, seguido de la seguridad de sus empleados y familias y la seguridad física de las instalaciones, aspectos que pueden ser elementos que orillen a frenar las inversiones, aunque no son determinantes.
En la empresa autopartista Mitsui Kinzoku, ubicada en Silao, Guanajuato, se han modificado los horarios nocturnos para proteger a sus empleados y se les ha mantenido al tanto acerca de la información sobre extorsiones que se dan para evitar caer en ellas, informó Samuel González, gerente de recursos humanos de esa empresa.
"El Bajío lamentablemente tiene un contexto de inseguridad complicado. Hay organizaciones como el Cártel Jalisco Nuevo Generación, los remanentes del Cártel de Santa Rosa de Lima, disputan el mercado narcomenudista, la parte de secuestro, también de cobro de piso, y luchan por apoderarse por el huachicoleo, todos andan buscando de qué manera beneficiarse o posicionar sus intereses en una región que ha sido importante en términos económicos", detalló Calderón.
Arciniegas coincidió que esta situación no necesariamente ahuyenta la inversión extranjera y las empresas buscan resolverlo al tomar medidas precautorias y controles.
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