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No hay que sufrir, por una muerte pasajera (Homilía)

Plano Informativo | 26/03/2023 | 01:08

No hay que  apegarnos a lo que se pierde; no nos aferremos a lo que es pasajero. 

 

Lo que pasa, va de paso; y   tiene que ceder su lugar, para que venga lo mejor.

 

En esta vida, todo pasa, incluyendo la muerte. Porque ésta, no tiene la última palabra.

 

Para un creyente, la  muerte, no es lo definitivo. Porque no fuimos hechos para morir. 

 

Dios nos dio la vida, para vivirla por siempre. Y dónde está Dios, ahí está la  existencia.

 

Al hablar de la muerte de Lázaro, Jesús dijo: “Lázaro, nuestro amigo, se ha dormido; pero yo voy ahora a despertarlo. Entonces le dijeron sus discípulos: Señor, si duerme, es que va a sanar. Jesús hablaba de la muerte, pero ellos creyeron que hablaba del sueño natural”. (Jn.11).

 

Dios, no decretó la muerte para el hombre; cuando el Señor, nos dio la vida, lo hizo para que viviéramos por siempre.

 

Es el hombre, quien se apresura a morir, porque al ir pecando, va acabando con su vida; y al no confiar en Dios,  se va encaminando hacia   la muerte.

Porque la fe, es vida. Por eso, es necesario vivir de la fe.

 

Ya lo dice el Señor: “ El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre”. ( Jn.11).

Al seguir los mandatos Divinos, nos estamos ayudando a vivir.

 

Pero el pecado, que es desobediencia, y por tanto, ruptura, nos va orillando hacia la muerte. 

 

Por eso, hay pecados que se llaman mortales; porque al cometerlos, acaban con la  vida.

 

No olvidemos, que Dios nos manda que vivamos; y lo que  prohíbe, es aquello que nos roba la existencia.

 

Por eso, cuando Jesús se acercó a la tumba de Lázaro, le dio la orden de salir de la muerte, y regresar a la vida, y le dijo: “Lázaro, sal de ahí”. (Jn.11).

Pbro. Lic. Salvador Glez. Vásquez