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internacionales

Protestan 3.5 millones en Francia contra reforma de pensiones

La Razón | 24/03/2023 | 11:42

Con movilizaciones “salvajes” ante decenas de incendios como en el Ayuntamiento de Burdeos y récords en Francia, trabajadores rechazaron la reforma a pensiones, lo que dejó un saldo de 140 incendios y unos 200 detenidos, caos del que el gobierno de Emmanuel Macron responsabilizó a radicales, “matones” y “alborotadores” de ultraizquierda.
 
Pese a que Francia minimizó la fuerza de los inconformes tras aumentar a 64 años la edad para el retiro, sindicatos superaron las expectativas en la octava jornada consecutiva de lucha al congregar a 1.08 millones de manifestantes, según datos del Ministerio del Interior publicados por Le Figaro, por encima de los 800 mil estimados. De éstos, 119 mil fueron en París, una nueva marca para la capital que replicaron otras ciudades con asistencias inéditas con 300 contingentes de trabajadores, transportistas, docentes y estudiantes a nivel nacional.
 
Pero líderes de la megamarcha desmintieron la versión oficial al sostener que hubo casi del triple, pues antes de que concluyera la jornada ya sumaban 3.5 millones de asistentes en repudio a la ley que aprobó el mandatario en solitario la semana pasada. Presumieron que abarrotaron avenidas y paralizaron gran parte de Francia al bloquear aeropuertos, trenes, refinerías, bancos y escuelas, sector que se anticipó al suspender clases.
 
Inicialmente reportaron caravanas pacíficas en París, Lyon, Nantes, Bordeaux, Toulon, Estrasburgo y Saint Étienne, entre otras zonas, pero con el paso de las horas éstas se nutrieron y encendieron al desatar choques con la Policía.
 
Ante la intervención de la Gendarmería los inconformes radicalizaron las marchas al quemar basura y contenedores de ésta acumulada en las calles, debido a la huelga del sector de limpia, y armaron barricadas con todo lo que encontraban a su paso como vallas, bicicletas y los mismos contenedores.
 
Para disuadir los actos violentos, la gendarmería respondió con gas lacrimógeno incrementando la ira de los rebeldes. Otros sectores lanzaron artefactos incendiarios caseros como bombas molotov y botellas, lo que movilizó a personal de emergencias para contener el fuego; pero los supuestos ultraizquierdistas desataron más y más incendios.
 
Los uniformados intentaron disolver las movilizaciones con chorros de agua, pero de nueva cuenta exaltaron el ánimo de los disidentes, quienes respondieron con más violencia y pintas a su paso, pero eso no fue suficiente y un grupo le prendió fuego a la puerta del Palacio Rohan, el Ayuntamiento de Burdeos, que quedó destruida, pese a que dos camiones de bomberos intervinieron, mientras decenas de testigos grababan la escena.
 
Asimismo reportaron irrupciones en edificios administrativos, el intento de incendio en una estación de la Policía en Lyon, luego de apedrear esas instalaciones, y saqueos para mostrar su repudio a las declaraciones de Macron, quien ratificó que no desistirá al justificar que ello desataría una crisis económica, pero la población dice que falta el aval del Consejo Constitución para su promulgación.
 
Tras la violencia desatada, el gobierno se lanzó contra los rebeldes al sostener que al cierre de esta edición continuaba un fuerte operativo por los incendios, pues no se tolerará esta degradación, replicando las declaraciones de Macron de que no permitirían actos fascistas.
 
Al respecto, la primera ministra, Elisabeth Borne, tachó de “inaceptables” las agresiones registradas en estas movilizaciones, en referencia a las numerosas quemas y saqueos reportados, pero resaltó la respuesta policial.
 
En tanto, el titular del Interior, Gérald Darmanin, confirmó tras visitar a las fuerzas de seguridad que 149 agentes resultaron lesionados tras enfrentar a unos mil “matones”, pues dijo a la prensa que éstos tenían la intención de eliminar a los oficiales en las marchas más degradantes al apuntar igual que Macron contra “alborotadores”. Por separado, el alcalde de Burdeos, Pierre Humic, repudió lo ocurrido en el Ayuntamiento al declararse conmocionado por el nivel de violencia.
 
Sin embargo, la postura del gobierno no intimida a sindicatos, pues pese a la violencia afirman que no cederán y mantendrán sus jornadas como hasta ahora.
 
Incluso, convocaron a otra protesta el próximo 28 de marzo, en la visita del rey de Gran Bretaña, Carlos III, a Burdeos. Ante lo que Darmanin advirtió que no mancharán ese viaje, pero autoridades anticipan más actos vandálicos, pese a que suman cientos de detenidos.