El hígado es uno de los principales órganos del cuerpo humano, pues se enfoca en digerir alimentos y funcionar como un ‘filtro’ para eliminar sustancias tóxicas.
Ubicado en el abdomen y del tamaño de una pelota, este órgano es fácil de dañar por su función, y aunque puede que no sea inmediato, los problemas pueden tardar años en manifestarse.
Este tipo de enfermedad exclusiva del hígado, y puede ser hepática puede ser heredada. En este respecto, los problemas hepáticos también pueden ser causados por una variedad de factores como virus o consumo de sustancias nocivas o alimentos no balanceados.
La enfermedad hepática no siempre causa síntomas perceptibles tras el daño, por lo que los signos de preocupación pueden llegar más tarde que temprano, y pueden incluir los siguientes:
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Color amarillento en piel y ojos (ictericia)
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Hinchazón y dolor abdominal
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Hinchazón en piernas y tobillos
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Picazón en la piel
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Orina de color oscuro
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Color pálido en las heces
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Fatiga crónica
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Náuseas o vómitos
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Pérdida del apetito
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Aparición inusual de moretones
¿Cómo me prevengo la enfermedad hepática?
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Beber alcohol con moderación.
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Conocer los riesgos hereditarios en caso de haberlos.
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Evitar el uso de medicamentos sin receta médica y en caso de utilizarlos de manera crónica, moderar el uso.
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Evitar el contacto con sangre u otros líquidos corporales de otras personas.
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Mantener higiene y buena cocción en tu comida.
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Mantener cuidado de las relaciones sexuales.
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Cuidar el uso de líquidos limpiadores en rociadores.
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Proteger la piel al entrar en contacto con el sol.
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Mantener un peso saludable.
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Cuidado de prácticas como realizaciones de tatuajes o perforaciones en la piel con objetos no esterilizados o previamente usados.