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espectáculos

Demanda director Luis Estrada a Imcine y EFICINE

Agencia Reforma | 07/03/2023 | 13:07

El cineasta Luis Estrada demandó al Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) y al Estímulo Fiscal a Proyectos Cinematográficos (Eficine) por arbitrariedades para negarle presupuesto para su más reciente cinta ¡Que Viva México!
 
 Acusó que el Imcine y su titular María Novaro bloquearon el financiamiento a su película en la que hace una crítica al actual régimen.
 
 "Demandé a estas instituciones porque fueron usadas y manipuladas de manera ilegal para impedir que yo filmara", dijo Estrada.
 
 "Entonces, será la Función Pública o la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) las que digan: 'Señor, no hay materia. Es usted un demente, caprichoso'", agregó en entrevista.
 
 "Pero estoy asesorado por grandes abogados y ellos no se hubieran jugado el pellejo si no hubiera materia en las demandas", señaló el cineasta,
 
 El también guionista y productor denunció hace varios meses que en ambos organismos le pusieron todo tipo de trabas a la película que, finalmente, se estrenará el 23 de marzo en más de 3 mil salas del País, para luego llegar a Netflix.
 
Pospuso sus planes de retiro gracias a '¡Que viva México!'
Después de 23 años en los que confeccionó un testamento fílmico sobre el ejercicio del poder en México con La Ley de Herodes, Un Mundo Maravilloso, El Infierno, La Dictadura Perfecta y ¡Que Viva México!, esta última a estrenarse en cines el 23 de marzo, el realizador Luis Estrada tenía pensado dejar el cine.
 
Pero han sido tantos los cambios que ha traído a su vida su nueva historia, estelarizada por Poncho Herrera, Ana de la Reguera, Damián Alcázar, Joaquín Cosío y más de 50 actores, que la agenda del cineasta, de 61 años, se ha llenado otra vez de trabajo, por lo que la jubilación ya no es viable.
 
"Ya había anunciado que me iba a jubilar, ya tenía el proyecto de lo que iba a ser mi vida de aquí hasta el final de mis días: irme a vivir a una playa, sin teléfono, sin internet, a escribir dos cosas, una novela que traigo en la cabeza desde hace muchos años y mis memorias.
 
"No sé si se vayan a publicar o si a alguien le interesen estas cosas, pero, por lo menos, a mis hijos les quiero dejar este testimonio. Les quiero contar cuándo me perseguían, cómo me perseguían, por qué lo hacían, porque también creo que va a ser un testimonio importante para la historia del cine de este País", cuenta el cineasta en visita a Grupo REFORMA.
 
Lector que devora las madrugadas los periódicos más importantes, trabajador obsesivo los siete días de la semana, el también guionista y productor reculó en esa empresa del retiro como un intrépido jinete que ha topado con voladero.
 
"Me arrepentí, y ahora tengo un chingo de proyectos por delante. No te los puedo contar porque en todos hay cláusulas de confidencialidades. La mala noticia para mis malquerientes es que ni me rajo, ni me retiro: ¡Ahí voy otra vez!", expresa el autor de cintas como Bandidos y Ámbar.
 
Una historia de lucha
Ese constante luchar para hacer realidad sus historias, para vencer obstáculos cada vez más grandes en pos de tener libertad para expresarse, es el motor, el espíritu que mueve el universo fílmico de Luis Estrada, y en ¡Que Viva México! no es la excepción.
 
Sin hacer "spoiler", la trama va sobre un hombre de humilde cuna que empieza a crecer de status (Poncho Herrera), pero el reencuentro con su familia (encabezada por su papá, Damián Alcázar) pareciera ser una maldición que lo condena a volver a pasar por todo aquello por lo que abandonó su pueblo.
 
Pero en el microcosmos de la tragicomedia de Estrada hay un México, el de la autollamada "Cuarta Transformación", en el que un Presidente (AMLO) divide y condena socialmente desde sus conferencias mañaneras.
 
Y todos los personajes de la historia, en la que Joaquín Cosío y Alcázar interpretan tres roles distintos cada uno, se mueven moralmente bajo la sinfonía de discursos polarizantes.
 
"Se puede criticar todo lo que querramos a López Obrador, la película es durísima con él, con su proyecto, con la 4T y con su partido, ¡durísima! Pero también, uno ve las otras opciones y dice: ¡Qué orfandad!
 
"Porque si el menú que se prefigura para el futuro es, en una ejercicio de imaginación, una boleta con 'El Bronco', Ricardo Anaya, José Antonio Meade y López Obrador... Te tengo una mala noticia: ¡Voy a volver a votar por López Obrador!", subraya.
 
El peor sexenio para el cine
Estrada comparte que su nueva cinta, la cual se verá en Netflix después de su estreno comercial, también da cuenta de esa gran expectativa que era la llegada del actual gobierno, uno que, lamentablemente, ha sido una gran decepción.
 
"Su discurso hablaba de un proyecto de Nación que iba a buscar que hubiera un gobierno progresista, un gobierno de izquierda. Voy a decir también algo horrible y temerario: creo que en términos de cultura y de cine es el peor sexenio de muchos. Creo que ha sido desastrosa la manera en que se han manejado la cultura y el cine".
 
Siempre bajo la lupa
La inminente llegada de ¡Que Viva México! a las salas nacionales este 23 de marzo supone para su realizador, Luis Estrada, una pequeña batalla ganada ante un sistema de apoyos al cine que después de un intento abierto de censura en noviembre de 1999 a La Ley de Herodes, ahora le pone lupa a todo lo que presenta.
 
"Cada una de las películas que he hecho me ha costado un huevo y la mitad del otro que las apruebe el Estado. A cada una de ellas le ponen una lupa más grande para ver por dónde va a venir el chingadazo, de qué tamaño va a ser la crítica que le va a hacer.
 
"Con La Ley de Herodes, como que todo el mundo medio se confundió pues el que hacía películas de western, de niños y aventuras se dejó venir con algo que nadie se esperaba. Y a partir de ahí se han andado con mucho cuidado de decir: 'Híjole, si hacemos esta película nos vamos a meter en un problema. Vamos a ponerle obstáculos'", rememora el cineasta.
 
Por eso, en el actual sexenio, en el que el gobierno presume libertad de expresión, Estrada critica que que su nuevo filme de comedia negra y sátira política no haya tenido apoyo estatal de ningún tipo cuando en Un Mundo Maravilloso, El Infierno y La Dictadura Perfecta hubo cierta apertura de los gobiernos que parodiaba: de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, respectivamente.
 
"Y (ante los obstáculos) ahí va tu pendejo tratando de sortearlos todos y lo consigue. Lo consigue con Ernesto Zedillo, lo consigue con Fox, y lo consigue con el nefasto Calderón, para arruinarle su fiesta del Bicentenario.
 
"Así como no creo que La Ley de Herodes haya tenido nada qué ver con la caída del PRI ni con el triunfo del PAN, sí le amargué la fiesta a Calderón, y es uno de los highlights de mi carrera", destaca Estrada.
 
Por El Infierno, una sátira estelarizada por Joaquín Cosío y Damián Alcázar sobre la guerra contra el narco que dejó miles de muertos y víctimas colaterales, el también productor recibió amenaza gubernamental directa.
 
"Sé cuál fue su reacción (de Felipe Calderón), y la sé porque me la dijo su Secretaria de Cultura (Consuelo Sáizar, entonces presidenta de Conaculta). Me dijo: 'El Presidente está furioso contigo. El Presidente dice que en la medida que podamos no vas a volver a filmar nunca en este País y si el PAN sigue en el poder tú no vuelves a filmar nunca. Con esas palabras".
 
El tiempo, asevera Estrada, pone todo en su lugar. Y la realidad es ahora qué reputación tiene el ex Presidente Calderón.
 
"Calderón se fue a una estación de radio (en ese entonces) con Denise Maerker a decir que yo era un mal mexicano y un traidor a la Patria porque daba una imagen que era mentira del País.
 
"La historia nos juzgará a todos. Creo que a él ya lo juzgó y a García Luna también. Que, por cierto, es uno de los personajes de El Infierno, si recuerdan a Daniel Giménez Cacho, es una inspiración divina. La historia nos juzgará a todos", subraya Estrada.