El maquillaje ha tenido una connotación femenina desde el último siglo, aunque este recurso de la belleza ha sido usado por ambos géneros históricamente. En una era donde las estructuras cerradas están cayendo y dando mayor flexibilidad a la expresión individual vemos como podría cambiar la vida de un hombre con un maquillaje sutil y adecuado.
Según un estudio, desarrollado por investigadores del Franklin & Marshall College de Pensilvania, y publicado este noviembre en la revista Plos One, sugiere que los hombres tienen un grado más atractivos cuando estos llevan maquillaje –una pizca de polvos y colorete– que cuando llevan la cara totalmente expuesta. En un ejercicio con 200 participantes, los científicos hicieron pruebas con los voluntarios que llegaron por medio de la plataforma de crowdsourcing Mechanical Turk de Amazon, en el que se evaluó el atractivo de 40 hombres en una escala científica de uno a siete.
En esas 40 imágenes a evaluar se les omitió un detalle de la apariencia de estos rostros. En la mitad de las fotos, los 20 hombres llevaban la cara sin ningún elemento adicional, facialmente desnudos, Para la otra otra mitad habían sido retocados por un maquillador profesional, que les proporcionó un sutil aspecto "desnudo" mediante la cuidadosa aplicación de correctores, polvos y otros productos similares.
El resultado fue notable en la mayoría de casos. "Descubrimos que los rostros masculinos eran más atractivos cuando se presentaban con un maquillaje sutil, en comparación con los que no llevaban maquillaje. Esto fue así tanto para los evaluadores masculinos como para los femeninos, y tanto si se analizan los datos por participante como por rostro", declaró la doctora Carlota Batres, especialista que dirigió el estudio.
Según reporta el comunicado de prensa del Franklin & Marshall College, en anteriores estudios ya se ha encontrado que una piel más uniforme aumenta la percepción del atractivo de la piel del rostro masculino. Por otra parte, han determinado que un menor contraste facial (es decir, menos contraste entre los rasgos y la piel circundante) genera la percepción de masculinidad en los rostros.
Esta idea social de que solo las mujeres se maquillan es una cosa muy temporal, puesto que en tiempos tan antiguos como del periodo de esplendor de Egipto, los hombres se delineaban los ojos; los romanos se enrojecían las mejillas; en los tiempos del reinado de la reina Isabel I era usual que ellos se empolvaran la cara.
Para el caso de cuatro de los 20 hombres que prestaron sus rostros, el maquillaje tuvo el efecto de reducir su puntuación de atractivo entre los encuestados.
Esto no es una regla de oro, porque la belleza siempre está en el ojo de quien la aprecia.
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