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moda y belleza

De la geometría de Miyake a los abrigos ovalados de Schiaparelli

EFE | 03/03/2023 | 14:30

En busca de una nueva silueta innovadora que convenza a los consumidores, la moda explora en París nuevas posibilidades que se salgan de la norma, como la firma japonesa Issey Miyake, que sondeó los limites de una silueta muy rectangular, mientras que Schiaparelli apostó por los abrigos ovalados.
 
Miyake, con el japonés Satoshi Kondo al frente de la dirección creativa, eligió el mítico Teatro de Chatelet para la presentación de su colección otoño-invierno 2023/2024, cuya investigación partió de la fascinación del creador por las formas cuadradas.
 
Kondo trató de trasponer esto en formas y volúmenes con creaciones minimalistas, desde vestidos rectilíneos de hombros cuadrados y rayas de colores, pasando por monos y conjuntos de pantalón y camisa con las caderas muy marcadas, casi como una pirámide.
 
La firma contó con un espectáculo en directo, con la banda original de Lyon Trio SR9, que el diseñador descubrió gracias a sus vídeos en línea, y que este viernes hicieron desfilar a las modelos a ritmo de percusión.
 
Una pasarela especialmente colorida, con tonos de naranja flúor, amarillos y verdes, si bien los estilismos más llamativos fueron una serie de piezas en bicolor, con el blanco y negro como protagonistas.
 
Un tándem al que también recurrió Schiaparelli en su primera pasarela de prêt-à-porter.
 
Tan solo un suave marrón chocolate vino a romper la paleta de la colección, creada por el estadounidense Daniel Roseberry, que tras recoger éxitos en la Alta Costura quiere ir más allá ahora con una línea más comercial que pese a ello es muy exclusiva (tan solo se vende en Nueva York, Londres y París) y cuyos detalles la convierten más bien en prêt-à-Couture. Es decir, alta costura confeccionada en cadenas de producción más amplias.
 
Los accesorios joya surrealistas, homenaje a la fundadora Elsa Schiaparelli, son dorados y extravagantes, con dibujos de ojos, cerraduras, orejas y narices. Pero la silueta es elegante y muy pulida: trajes de falda y chaqueta con hombros y cintura redondeada, abrigos cortos ovalados como un coco y chaquetas bolero con bordados en relieve.
 
En los zapatos, Roseberry repite con sus zapatos de salón con los dedos esculpidos por fuera y ahora apuesta por un modelo similar en bota, tirando aún más de sus raíces surrealistas.
 
La unión entre el arte y la moda es una constante en la historia de esta marca, que ahora intenta llevar también a prendas más deportivas, como jerséis de punto con volantes o un anorak de satén inspirado directamente de un edredón nórdico, eso sí, todo en seda.
 
También desfiló este viernes la firma Leonard Paris, en pleno periodo de transición tras ser comprada el año pasado por su histórico socio japonés Sankyo Seiko.
 
La marca fundada en 1958 por Jacques Léonard era una de las últimas casas de lujo independientes en manos de una familia y ahora se apresta a vivir un giro interno para conquistar el mercado asiático y salir a flote.
 
A la espera de este nuevo salto, su diseñador, el alemán Georg Lux, buscó en los ricos archivos de estampados de la casa para crear una colección bohemia, de vestidos largos y estampados que juegan con las geometrías de las flores y los "animal prints", esos que nunca fallan.