La incertidumbre

Todo lo que llega a nuestra vida, llega para generar un aprendizaje.

Vivimos acostumbrados a dormir por la noche y asegurar el desertar por las manÞanas, tan cierto es esto que solemos decirle a otra persona antes de ir a dormir: “hasta manÞana”, pero que sucede cuando el manÞana no lo tenemos claro en nuestros planes, lo desconocemos o simplemente ya no tenemos una visioìn hacia que sucederaì manÞana. A pesar de que el diìa de manÞana no lo tenemos seguro, siempre imaginamos y planeamos un futuro cercano o un futuro lejano, sabiendo que la vida no la tenemos comprada.

Hoy en diìa rompimos con la rutina, siì una rutina en la que veniìamos viviendo de manera automaìtica, donde la pandemia nos vino a romper el ritmo y ahora nos encontramos con una emocioìn llamada incertidumbre. La incertidumbre es una de las emociones maìs difiìciles de manejar, ya que la sensacioìn que se siente en el cuerpo y la mente es que nada estaì seguro, hay falta de confianza y seguridad en uno mismo y la certeza de lo que viene es confuso. Cuando la incertidumbre llega a tu vida, aparece en situaciones donde no tienes control absoluto, en donde las respuestas son confusas o nulas y la informacioìn es escasa. La forma de identificar que la incertidumbre estaì rondando en tu vida es cuando te haces consciente de que tienes inquietudes, inseguridad, preocupacioìn, estreìs, ansiedad e incluso miedo.

Si la incertidumbre ha tocado a tu puerta, te comparto lo siguiente:

Actuìa de forma sana ante ella.

Acepta que tienes preocupaciones y miedos, es totalmente normal, no intentes eliminarlos. Intenta compartirlos con alguien de confianza que sepas que te va a apoyar.

Trata de estar presente y evita elucubraciones sobre lo que podriìa pasar en el futuro. Controla aquello que siì puedes con tu actitud y tus acciones, hoy.

Ceìntrate en metas y acciones sencillas que siì puedes realizar.

Busca la informacioìn justa y de fuentes fiables.

Ante situaciones difiìciles de incertidumbre no te descuides a ti mismo.

Sigue haciendo tus actividades habituales, sobre todo aquellas que te

reconforten para no caer en el hartazgo y la depresioìn.

Permiìtete maìs momentos de descanso para dar cabida a las emociones que estaìs sintiendo.

Evita funcionar de forma automaìtica con tus emociones y activa tu lado racional.

Cuando sientas que la situacioìn te sobrepasa... ¡para! ¡seì consciente!

Piensa antes de dejarte llevar y elige coìmo quieres actuar.

Estamos viviendo situaciones de estreìs mental, no estas sol@ y no tengas pena de pedir ayuda. Te sorprenderiìa saber la cantidad de personas que estaìn pasando por una situacioìn similar. La salud mental tambieìn es tu prioridad, atieìndete.

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