Detrás de una de las voces más privilegiadas de la industria musical, la de Whitney Houston, existió una mujer, una hija, una esposa.
Todas las facetas de la fallecida cantante estadounidense, así como su ascenso y descenso a la fama, quedó plasmado en Quiero Bailar con Alguien, su película autobiográfica, que se estrena el 26 de enero.
Fue la actriz Naomi Ackie, quien anteriormente había tenido papeles de bajo perfil, la encargada de dar vida a una de las artistas más premiadas de todos los tiempos y retratar su versión más humana.
"Siento algo de presión porque nunca quieres malinterpretar la vida real de alguien y estos son riesgos que se toman cuando hablas de una persona real.
"Tenía que asegurarme de no ponerla en una posición en donde no se respetara su dignidad, pero también era importante mostrar los altos y bajos", contó la actriz británica de 31 años en entrevista.
La cinta, dirigida por Kasi Lemmons con un guion de Anthony McCarten (Bohemian Rhapsody), repasa la vida de la intérprete de "I Will Always Love You".
Expone sus inicios, sus momentos gloriosos arriba del escenario, transformándose en un espectáculo musical por el gran repertorio de canciones que Houston volvió éxitos.
Sin embargo, también aborda su abuso de sustancias ilícitas, y su relación sentimental con su mejor amiga, Robyn Crawford, un secreto a voces según contó la cineasta.
"Si esa parte no se hubiera incluido en la película, no hubiera aceptado hacerla. Yo era una joven actriz en Nueva York cuando ella estaba creciendo en su carrera y todos sabíamos de su relación con Robin.
"Quería contar esa parte de la historia, porque en ese momento creo que sintió mucha presión de salir y mostrarse al mundo", relató Lemmons.
Su tenso lazo con su manager y padre John Russell Houston se explora desde la perspectiva de la directora, pues conoció a ambos cuando intentaba que la cantante leyera uno de sus guiones.
"Sabía que había una dinámica algo complicada entre Whitney y su padre, él hablaba mucho de su imagen y de su 'marca', que es como solía llamarla, lo cual me parecía interesante y un poco turbio.
"Yo estaba como: 'Acabo de conocer a una mujer muy humana y aquí está su padre llamándola una marca y diciendo cómo quería que fuera percibida'", relató la realizadora.
La protagonista de El Guardaespaldas se convirtió en la primera artista de color en la historia en lograr vender 10 millones de copias de álbumes, por eso era importante abordar el filme con respeto.
"Fue de mucha ayuda que el proyecto esté a cargo de una mujer negra como yo. Fue primordial para mí haberla conocido y haberla visto en su manera más natural y poder ver más el ser humano que había detrás de la estrella", aseveró Lemmons.
"Yo sentí la presión desde el principio de ser ella, hubo momentos en los que tenía que calmarme o buscar ayuda en otras personas y poco a poco lo fui asimilando hasta que decía: 'Aquí vamos, tengo que ser Whitney otra vez'", aseguró Ackie.
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