Sábado 18 de Mayo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.
José Luis Solís Barragán | 15/01/2023 | 13:08
La autonomía es un término que desde hace algunos años en nuestro país empezó a usarse con cierta ligereza, la clase política empezó a desagregar al Ejecutivo y lo transfirió a órganos que mostraran independencia y fortaleza frente a gobernantes con debilidades por monopolizar el poder.
Bajo está lógica nacieron diversos órganos constitucionalmente autónomos (OCA`s) que hoy en nuestro día a día su presencia contribuye a la vida cotidiana de los mexicanos, un Banco de México como vigilante de poder adquisitivo de nuestra moneda, un INEGI que brinda datos certeros sobre nuestro país, un INE que garantiza elecciones equitativas y transparentes, COFECE e IFT como garantes del debido funcionamiento del mercado en sus sectores, y así otros, fundamentales para la democracia.
Sin embargo, este nuevo grado de autonomía nos hizo perder de vista otras instituciones que si bien no tienen la jerarquía orgánica de los denominados OCA`s, su mera existencia es una garantía de la pluralidad, riqueza cultural y educativa de nuestro país.
Y particularmente hablamos de la autonomía de las universidades públicas, este atributo de nuestras casas de estudio, han permitido que, sin importar el partido político gobernante, la ideología dominante o el estilo particular de gobernar, la educación no se sujete a la transitoriedad de un mandato gubernamental.
Las autonomías de las universidades es un logro que no debe asumirse como patente de corso para considerar a las casas de estudio como entes separados de la realidad del país o en espacios para generar cacicazgos políticos, pero si deben ser la garantía que la educación tiene plenos objetivos formativos y nunca de adoctrinamiento.
Las universidades con autonomía incentivan la pluralidad de las ideas, permiten que sus estudiantes convivan en un ecosistema intelectual enriquecido por el debate y la contrastación de posturas y pensamientos, logrando con ello formar profesionistas que contribuyan a la subsistencia del Estado mismo.
En este enero, la máxima casa de estudios de San Luis Potosí celebra sus 100 años de autonomía, siendo la primer universidad mexicana en alcanzar está condición jurídica en beneficio de su comunidad académica, ello implica un gran compromiso por ser el Estado pionero en alejar a la universidad de cualquier presión política.
La autonomía de la UASLP se le debe a la visión del entonces Gobernador Rafael Nieto, pero su conservación es compromiso de todos sus estudiantes, docentes, administrativos, egresados y por sí mismo de todos los potosinos.
En los últimos años hemos sido testigos de conflictos que atraviesan centros educativos reclamando un poco de independencia que garantice la no injerencia, hemos visto intentos por dinamitar las autonomías educativas y orgánicas; ello nos debe llevar a la reflexión sobre nuestro compromiso por fortalecer siempre la autonomía de la UASLP.
En esta conmemoración de los 100 de la autonomía universitaria potosina, hay mucho que celebrar, pero también debe existir el momento a la reflexión sobre ¿Cuál es la forma en como podemos garantizar la autonomía universitaria? ¿A lo largo de los años, hemos logrado los objetivos fundacionales de la universidad? ¿Cuáles son las deudas pendientes que aún se tienen con la sociedad? Y la quizás la más importante: ¿Cómo logramos garantizar que la UASLP nunca pierda la vocación social que le da sentido como universidad pública?
Es momento de que celebremos la autonomía universitaria, por todos aquellos estudiantes que han sido formados, se forman y se formarán en sus aulas, con la firme aspiración de tener mejores oportunidades para su desarrollo integral.
Es momento que sociedad y gobierno se comprometan por la autonomía de la UASLP y que la comunidad universitaria se convierta en un referente obligado de una institución de vanguardia capaz de ajustarse a los cambios que día a día garanticen la formación de futuros profesionistas con alto compromiso social y capaces de insertarse exitosamente al mercado laboral, para alcanzar un mejor San Luis, porque todos sin excepción contribuimos con nuestra Universidad.
