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Utilizan células oculares para curar la ceguera

Las células de la retina cultivadas a partir de células madre pueden convertirse en el tratamiento para la ceguera. Un estudio señala que estas células son capaces de alcanzar y conectar con sus vecinas lo que demuestra que estas células están listas para ensayar en humanos con trastornos oculares degenerativos.

Investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison desarrollaron una forma de cultivar grupos organizados de células, llamados organoides, que se asemejan a la retina. Consiguieron que células de piel humana reprogramadas para actuar como células madre se convirtieran en células retinianas que perciben la luz y, en última instancia, transmitan lo que vemos al cerebro.

“Queríamos utilizar las células de esos organoides como piezas de recambio de los mismos tipos de células que se han perdido en el curso de las enfermedades de la retina”, explica David Gamm, director del Instituto de Investigación Ocular McPherson.

“Pero después de cultivarlas en una placa de laboratorio durante meses como grupos compactos, la pregunta seguía siendo si las células se comportarían adecuadamente después de separarlas. Porque eso es clave para introducirlas en el ojo de un paciente»”, añadió.

En 2022, Gamm y sus colaboradores publicaron estudios que demostraban que las células retinianas cultivadas, denominadas fotorreceptores, responden como las de una retina sana, y que una vez separadas de las células, pueden alcanzar a sus nuevas vecinas con unos cordones biológicos característicos denominados axones.

Las células de la retina y el cerebro se comunican a través de sinapsis, pequeñas brechas en las puntas de sus cordones. Para confirmar que sus células retinianas cultivadas en laboratorio tienen la capacidad de sustituir a las células enfermas y transmitir información sensorial como las sanas, los investigadores necesitaban demostrar que podían hacer sinapsis.

“Todo ello conduce, en última instancia, a ensayos clínicos en humanos, que son el siguiente paso claro”, dice Gamm.

Tras confirmar la presencia de conexiones sinápticas, los investigadores analizaron las células implicadas y descubrieron que los tipos celulares retinianos más comunes que formaban sinapsis eran los fotorreceptores -varillas y conos-, que se pierden en enfermedades como la retinosis pigmentaria y la degeneración macular asociada a la edad, así como en ciertas lesiones oculares.

«Fue una revelación importante para nosotros», afirma Gamm. «Realmente muestra el impacto potencialmente amplio que podrían tener estos organoides retinianos».

 

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