En el mundo existen más de 3000 especies de serpientes. De ellas, más de un 10% son venenosas y, según datos de la OMS, 138 000 personas mueren por sus mordeduras cada año.
Estos animales se caracterizan por tener una mandíbula inferior móvil que les permite devorar presas de gran tamaño, además de una curiosa ausencia de extremidades que les hace reptar para desplazarse. Pero estos extraños reptiles también pueden saltar, volar e incluso trepar.
Aún es mucho lo que queda por conocer de estos escamosos animales; tanto, que a menudo no se tiene claro siquiera el significado de los diferentes términos que utilizamos para referirnos a ellas. ¿Qué distingue a una serpiente de una víbora o de una culebra?
Estos términos suelen ser tomados como sinónimos cuando no lo son. Las serpientes son un suborden de los reptiles, llamado sauróptidos, que engloba a todas las especies de ofidios en general. Incluidas dentro de esta agrupación están las víboras y las culebras.
Distinguir a las culebras de las víboras es sencillo, pero en la práctica la complicación deriva de la dificultad de observarlas en malas condiciones de visibilidad o cuando están en movimiento.
Por su parte, las víboras son serpientes venenosas y tienen la cabeza algo más ancha y triangular, a veces con un hocico terminado en punta, según explica el herpetólogo e investigador Fernando Martínez Freiría.
Las culebras, por su parte, suelen ser algo más grandes de tamaño, aunque también las hay más pequeñas y tienen la cabeza más redondeada que las víboras. Sin embargo, la principal diferencia es que las culebras no son venenosas, mientras que las víboras sí lo son.
Otro de sus principales rasgos distintivos son sus ojos, ya que las pupilas de las culebras son amplias y casi siempre circulares, al contrario que las víboras, que suelen tener una pupila lineal parecida a la de los gatos. Pero debe recordarse que las pupilas se adaptan a la cantidad de luz que hay, por lo que la de una víbora podría parecer redonda en condiciones de oscuridad.
Aunque es más difícil de observar, las culebras también suelen ser más finas y alargadas, mientras las víboras se llevan el papel más grueso, una cola de forma cónica y más corta. Además, los patrones de sus escamas también sugieren pistas: los diseños en zig-zag son típicos de las víboras.
A nivel taxonómico, la denominación víbora se refiere de manera específica a la familia Viperidae, mientras que el término culebra es específico de la familia Colubridae, aunque de forma coloquial a veces se utiliza el término para referirse a las serpientes que son inofensivas para el ser humano.
De hecho, las diferencias entre ambos grupos son tan marcadas por el comportamiento que adopta cuando se siente amenazada. Cuando esta serpiente es atacada, el patrón de sus escamas puede asemejarse al de una víbora mientras su cabeza adopta una forma triangular y la lanza hacia adelante en actitud defensiva.